Benedicto XVI dijo hoy en Nicosia, en referencia a los políticos, que sólo personas con una "rectitud moral" y que respetan a los demás pueden favorecer al bien común y construir un mundo más justo, fraterno y en paz.

El Papa agregó que cuando las políticas que propugnan están en armonía con la ley natural, las acciones se vuelven más sensatas y contribuyen al desarrollo de la comprensión, la justicia y la paz.

El Pontífice hizo estas afirmaciones ante el presidente de la República de Chipre, Demetris Cristofias, las autoridades civiles locales y el cuerpo diplomático, a los que dirigió un discurso en su segundo día de estancia en esta isla, corazón del mediterráneo oriental, dividida en dos, tras la ocupación turca de la parte norte de la misma desde 1974.

Esa división fue recordada por el presidente Cristofias, que denunció que Nicosia es la última capital de Europa dividida por un muro y que la comunidad internacional debe "ejercitar su influencia sobre Turquía", para que este país "respete el derecho internacional y no sólo sus intereses ligados a su posición geoestratégica".

El Papa dedicó su discurso a la dimensión moral de la política y habló de actuar "conforme a la recta razón, en la búsqueda de todo lo que es verdadero, bueno y bello".

El Obispo de Roma dijo que la rectitud moral y el respeto imparcial por los demás y su bienestar son esenciales para el bien de la sociedad, "ya que crean un clima de confianza en el que los intercambios humanos, ya sean religiosos, económicos, sociales o culturales, civiles o políticos adquieren fuerza y vigor".

"Las trágicas experiencias vividas durante el siglo XX han desenmascarado la inhumanidad que resulta de la supresión de la verdad y la dignidad humana. En nuestros días asistimos a continuos intentos de fomentar supuestos valores bajo la apariencia de paz, desarrollo y derechos humanos", manifestó.

El Papa teólogo agregó que la promoción de la verdad moral en la vida pública requiere un esfuerzo constante para fundamentar la ley positiva sobre los principios éticos de la ley natural.

Si se respetan los derechos de las personas y los pueblos se protege y promueve la dignidad humana, precisó.

Tras este acto político, el Papa se reunió, en otro de marcado carácter pastoral, con cuatro mil católicos chipriotas, pertenecientes especialmente a las comunidades maronitas, latina y armenia, las principales comunidades católicas en Chipre, donde los católicos son una exigua minoría que no llega a los 20.000, equivalente al 3,5 por ciento de la población.