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El líder norcoreano, Kim Jong-il, acordó ayer cambios en la cúpula dirigente del país comunista que podrían abrir el camino a la sucesión hereditaria en el régimen creado por su padre hace 62 años. El máximo líder norcoreano asistió a una sesión extraordinaria de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento), reunida por segunda vez en lo que va de año, lo que es muy inusual. La Asamblea designó un nuevo primer ministro y promovió además al cuñado de Kim, Chang Sung-taek, a propuesta del propio líder, como vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa, el principal órgano de decisión del país.

Se cree que el cuñado de Kim, marido de su hermana menor, se ha convertido así en el número dos del régimen. Chang, que reapareció en la política norcoreana en 2006 tras dos años de ausencia, ya era uno de los trece miembros de la Comisión.

Analistas surcoreanos creen que Chang podrá ejercer ahora un papel importante para preparar la sucesión de Kim. En Seúl ese nombramiento fue interpretado como que Corea del Norte podría haber iniciado el proceso para abrir el camino a la sucesión hacia Kim Jong-eun, de 26 años e hijo menor del líder norcoreano.