Los liberales de derecha (VVD) han ganado por un escaño las elecciones a los laboristas (PvdA) en Holanda, mientras que el país vive un despegue espectacular de la extrema derecha antimusulmana, que se convierte en la tercera fuerza política y aspira a formar parte del gobierno.

Tras el recuento del 96,5 por ciento de los votos, la derecha liberal logra diez escaños más que en los anteriores comicios y acumula 31, mientras que los laboristas, con 30 asientos, pierden tres respecto a 2006.

Es la primera vez que los liberales del VVD ganan las elecciones en Holanda y su líder, Mark Rutte, cuenta con todas las papeletas para ser el nuevo primer ministro.

Los grandes derrotados son los democristianos (CDA), que obtienen apenas 21 escaños, prácticamente la mitad de los obtenidos en 2006, y quedan relegados como cuarta fuerza política después del antimusulmán Geert Wilders (PVV).

Esta caída en picado ha costado la cabeza al hasta hoy primer ministro, Jan Peter Balkenende, que con enorme decepción ha dimitido como líder de su partido y abandonado la política.

El partido de extrema derecha del antimusulmán Wilders es el vencedor real de los comicios, al ser el que más escaños aumenta respecto a los comicios anteriores.

Con un aumento de 15 asientos, Wilders ha sumado un total de 24 parlamentos, con lo que se presenta como aspirante para entrar en el gobierno.

Con este reparto de diputados, una alianza entre liberales y democristianos con el PVV obtendría una mayoría ajustada de 76 escaños, con lo que Holanda podría reflejar en su próximo gobierno el giro a la derecha que ha hecho el electorado.

Rutte, el líder de los liberales nunca ha descartado gobernar con un partido como el PVV, mientras que los democristianos, tras la dimisión de Balkenende, también podrían aceptar participar en una coalición de centro-derecha.

Avance de Los Verdes

En el otro extremo del espectro político avanzan los verdes (GroenLinks, 7 escaños actualmente) y los demócratas liberales (D66, 3 escaños a día de hoy), que consiguen 10 escaños, respectivamente.

Estos dos partidos podrían jugar un papel importante como llave en la formación de un posible gobierno si Rutte se decanta por pactar con la izquierda, lo que le permitiría una mayoría más amplia.

Una posible coalición entre liberales, laboristas, verdes y demócratas de D66 (juntos 81 escaños de los 150 que componen el Parlamento) sería posible si los dos primeros consiguen limar sus diferencias.

A estos partidos los separa el carácter más o menos social a la hora de aplicar ajustes presupuestarios.

La vuelta al voto manual decidida para estos comicios ha alargado el escrutinio durante gran parte de la noche.

A causa de ese retraso en el recuento y lo ajustado de los resultados se anuló el debate previsto una vez que los resultados pareciesen claros, porque tanto el líder laborista, Job Cohen, como el liberal Mark Rutte consideraron que no debían hablar sobre posibles coaliciones hasta que se supiera con seguridad quién de los dos era el ganador.

El mano a mano entre liberales y laboristas se mantuvo hasta casi el final del recuento, por lo que Rutte esperó hasta el dato de más del 90 por ciento de los votos para proclamar su victoria.

El índice de participación ha alcanzado un 74 por ciento, claramente por debajo del 80,35 por ciento de votantes que acudieron a las urnas en 2006.