El liberal Bronislaw Komorowski y el conservador Jaroslaw Kaczynski cerraron ayer la campaña electoral para los comicios a la presidencia de Polonia de mañana, en los que los polacos eligen al sucesor del presidente Lech Kaczynski, hermano gemelo del segundo, fallecido en abril en un accidente aéreo.

Komorowski es el candidato favorito según los sondeos, aunque todo apunta a que no podrá proclamarse presidente mañana, sino que tendrá que esperar hasta la segunda vuelta, prevista para el 4 de julio. Esa segunda cita tendrá lugar si ninguno de los aspirantes supera el 50% de los apoyos mañana.

Komorowski, presidente del Parlamento polaco, asumió de forma interina el cargo de jefe de Estado tras la muerte en la localidad rusa de Smolensk del anterior mandatario, Lech Kaczynski, junto a su séquito de 95 personas.

Jaroslaw Kaczynski, líder de la oposición conservadora y el partido Ley y Justicia (PiS), ha recortado distancias en los últimos días gracias a su discurso patriótico y a su defensa del sector público frente a los planes privatizadores de los liberales.

El político conservador, que ha confesado que su objetivo es continuar la "misión" comenzada por su hermano gemelo, aprovecha el último día de campaña para intentar sumar apoyos y evitar los malos resultados pronosticados por los sondeos.

Komorowski, por su parte, busca conquistar la presidencia en la primera vuelta, un objetivo que respalda el sondeo publicado ayer por el diario Gazeta Wyborcza", el único que contempla la posibilidad de que el liberal gane en la primera vuelta con un 51%. En los últimos días, Komorowski y su partido, la liberal Plataforma Ciudadana, han hecho un esfuerzo por ganarse al electorado de izquierdas, para evitar la incertidumbre de una segunda vuelta. El nombramiento del socialista Marek Belka como nuevo presidente del Banco Nacional de Polonia es un ejemplo de ese acercamiento a la izquierda y a sus votantes.