El primer ministro belga en funciones, Yves Leterme, garantizó ayer que la crisis interna del país, que no tendrá un nuevo Gobierno previsiblemente hasta octubre, no afectará a los trabajos de la presidencia belga de la Unión Europea a la que España dará el relevo el próximo 1 de julio.

El semestre belga, dijo, se inscribirá en la "continuidad" institucional iniciada por la presidencia española. Leterme situó como prioridades el regreso a la senda del crecimiento económico sostenible y la estrategia de la salida de la crisis, así como la lucha contra el cambio climático y los preparativos de la cumbre de Cancún.

En el ámbito financiero, el acento se pondrá en lograr la estabilidad para evitar que se repitan nuevos casos de "oportunismo" y, así, la presidencia belga hará todo lo posible para que vea la luz la agencia europea de supervisión y la reglamentación sobre los fondos especulativos (hedge funds).

En política exterior se sentarán las bases del nuevo servicio diplomático desde el mes de septiembre y se avanzará hacia la "última línea de meta" de la adhesión de Croacia.