El Partido de los Trabajadores de Corea del Norte dijo ayer que convocará en septiembre una reunión especial para elegir a sus principales líderes, algo que ha sido interpretado como una indicación de que el régimen de Kim Jong-il prepara la sucesión en el poder.

Según informó la agencia estatal norcoreana KCNA, el único partido que rige los destinos del país comunista reunirá al Buró Político a principios de septiembre "para la elección de su más alto órgano de gobierno".El anuncio se produjo un día después de la conmemoración el viernes del 60º aniversario del inicio de la guerra de Corea (1950-1953), en un momento de renovadas tensiones entre ambos países.

Desde que se conoció que el líder norcoreano, Kim Jong-il, había sufrido en agosto de 2008 un derrame cerebral han aumentado las especulaciones sobre el inicio del proceso de sucesión al frente del poder en Corea del Norte. Fuentes de Inteligencia surcoreanas apuntan a que el mejor posicionado para tomar las riendas del régimen es Kim Jong-un, el hijo menor del actual líder norcoreano, de 27 años, y sin ninguna experiencia.

Se da la circunstancia de que a principios de mes, el mandatario norcoreano nombró a su cuñado Jang Song-thaek vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa, responsable del Ejército, y según los analistas, sería el encargado de tomar las riendas del país si Kim Jong-il fallece antes de que su hijo pueda sucederle.

La sesión del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte que se organizará en septiembre será la primera reunión de este tipo en 44 años, lo que ha llevado a los expertos consultados por la agencia surcoreana Yonhap a creer que será un paso previo para consolidar a Kim Jong-un como heredero.

El líder norcoreano, Kim Jong-il, en el poder desde 1994, fue nombrado oficialmente sucesor de su padre, Kim Il-sung, al ser elegido para presidir un órgano del Partido de los Trabajadores en el año 1980.

El anuncio de la reunión de Partido de los Trabajadores coincide, además, con el incremento de la tensión entre las dos Coreas a raíz del hundimiento de un buque surcoreano en aguas del Mar Amarillo en marzo, del que Seúl acusa a Pyongyang.

Corea del Norte, sin embargo, ha negado su implicación y ha amenazado con tomar medidas si el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde el caso se está tomando en consideración, adopta un texto en el que se les responsabilice de este incidente.

Para algunos expertos, las recientes acciones de provocación de Pyongyang, que se agravaron con su segunda prueba nuclear en mayo de 2009, podrían estar encaminadas también a allanar el camino de la sucesión.