El Papa Benedicto XVI calificó ayer de "deplorable y sorprendente" la forma en que se efectuaron el pasado jueves los registros policiales en el arzobispado de Malinas-Bruselas y en la sede donde se reunía el obispado belga en una sesión plenaria. Los registros fueron llevados a cabo por la policía y agentes judiciales en el marco de una investigación abierta a la Iglesia católica de Bélgica por la supuesta ocultación de casos de pederastia.

El Pontífice manifestó su "solidaridad con los obispos belgas" en una misiva remitida al arzobispo de Malinas-Bruselas, André-Joseph Léonard, en la que además reiteró que "hechos graves como éstos (la pederastia) deben ser tratados por el ordenamiento civil y el canónico, en el respeto de la recíproca especificidad y autonomía".

"En ese sentido espero que la justicia siga su curso y garantice los derechos de las personas y de las instituciones en el respeto de las víctimas, en el reconocimiento sin prejuicios de todos los que se comprometen a colaborar con ella en el rechazo de todo cuanto oscurezca el noble desempeño de esta obligación", agregó.

El pasado jueves agentes de policía y funcionarios judiciales efectuaron registros en la sede del arzobispado de Malinas-Bruselas y en la vivienda de un cardenal en busca de documentos que corroboraran una denuncia de abuso sexual a menores por parte de miembros de la Iglesia.

Bélgica defiende a su policía

El Vaticano denunció además el viernes la profanación de las tumbas de dos cardenales durante los registros. La operación en la sede del arzobispado, la mayor circunscripción administrativa de la Iglesia católica belga, se realizó de forma simultánea a una reunión de la Conferencia Episcopal nacional, a la que asistía el nuncio apostólico. Los responsables eclesiásticos fueron retenidos durante horas.

Por su parte, el ministro belga de Justicia, Stefaan De Clerck, defendió ayer la actuación policial. "Los obispos fueron tratados con normalidad durante la investigación en el Arzobispado y no es verdad que no recibieran nada de comer o beber", dijo De Clerck esta mañana en distintos programas de la televisión belga.

De Clerck respondió así a las declaraciones del secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, que calificó el sábado el suceso de "secuestro" y de "hecho inaudito y grave", propio de "los antiguos países comunistas".

De Clerck calificó las declaraciones del número dos del Vaticano de "excesivas" y apoyadas en informaciones falsas.