El presidente de Ecuador, Rafael Correa, relacionó al entorno del ex gobernante Lucio Gutiérrez con el secuestro del que fue objeto a manos de fuerzas policiales, pese a que horas antes había descartado posibles vinculaciones.

"No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración", dijo Correa en una rueda de prensa, tras ser liberado por militares después de permanecer varias horas en un hospital, rodeado por policías sublevados.

Consternado, el jefe de Estado informó de la muerte de un miembro del Grupo Especial de la Policía (GOE), Froilán Jiménez, y de la existencia "de 27 heridos de parte de las fuerzas especiales".

Correa, que lucía la banda presidencial, aseguró que "los ambiciosos de siempre, los irresponsables de siempre han hecho quedar mal al país a nivel internacional", presentándolo como una "república de opereta donde se secuestra al presidente".

"Lo que pasó el día de hoy fue un intento de golpe de Estado (...) que le falló a los conspiradores", señaló, al asegurar que se trató de "varias acciones coordinadas que querían crear el caos con el pretexto de que se habían quitado beneficios económicos a la policía nacional y los militares, lo cual es falso".

Añadió que los involucrados tendrán la sanción correspondiente. "Aquí no habrá perdón ni olvido", afirmó, al advertir de que "habrá una profunda depuración de la Policía nacional" e insistir en que no darán "un paso atrás" en su intención de "cambiar la patria" y si eso implica perder la vida, se declaró "presto" a ello.

Reiteró que durante su "secuestro" jamás claudicó y señaló que tras la crisis han salido "más fortalecido, más unidos que nunca". Para Correa, lo que ocurrió hoy fue "una sublevación muy grave de la policía nacional, pero no es una sublevación por una reivindicación salarial".

Según Correa, cuando intentó explicar en la mañana a los policías sublevados que les elevó los sueldos "como nunca antes", escuchó de las tropas "no, eso lo hizo Lucio (Gutiérrez), sabiendo bien entonces quiénes estaban en esa conspiración".

En declaraciones a Efe desde Brasilia, Gutiérrez descartó que tuviese algo que ver con la situación de hoy y responsabilizó al propio jefe de Estado por la crisis.

El cerco de los sublevados al hospital donde estaba el presidente terminó violentamente el jueves por la noche, cuando miembros de la Fuerza Terrestre del Ejército y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), un cuerpo de la policía leal a Correa, se enfrentaron a los policías sublevados y rescataron al mandatario.

En el operativo fallecieron dos personas, Froilán Jiménez, miembro del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y Juan Pablo Bolaños, un estudiante universitario que había ido a las inmediaciones del hospital junto con su familia a respaldar a Correa.

Las cifras oficiales hablan de 27 heridos entre las fuerzas de ataque, pero no hay aún un número de posibles heridos entre los sublevados.

Mientras, la normalidad volvió hoy lentamente a Quito y Guayaquil, las ciudades donde se registraron los mayores disturbios el jueves, y sus aeropuertos funcionaban con normalidad.

Se mantiene el estado de excepción, cuya declaración puso el jueves en manos de las fuerzas armadas la seguridad interna y externa, y las escuelas del país siguen con las puertas cerradas.