El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha llegado a Líbano en una histórica visita cuyo objetivo es resaltar la unidad de los libaneses y los iraníes. A su llegada a Beirut, el dirigente iraní fue recibido por el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, y por una delegación de miembros de los partidos Hezbolá y Movimiento Amal.

En el aeropuerto, Berri dio la bienvenida a Ahmadineyad y destacó la importancia de su visita, que, "gracias a nuestros enemigos", dijo, "se ha hecho aún más importante". El presidente le dio la razón en esto último y añadió que los iraníes están "al servicio" de sus "queridos libaneses", según informa la cadena de televisión libanesa Al Manar.

El dirigente iraní fue recibido en el aeropuerto por una multitud que le lanzó flores y arroz. "Josh omadid (bienvenido en farsi), Ahmadineyad, amigo del pueblo", gritaba la gente.

Bajo estrictas medidas de seguridad, la caravana de vehículos de Ahmadineyad se dirigió luego al palacio presidencial, donde éste se reunirá con su homólogo Michel Suleiman. También está previsto que el secretario general del movimiento chií Hezbolá, Hasan Nasralá, pronuncie un discurso de bienvenida.

Informaciones no confirmadas apuntan a que el presidente iraní podría quedarse en Líbano hasta este viernes, cuando está prevista la llegada a este país del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y a que podría producirse un encuentro entre Suleiman, Ahmadineyad y Erdogan.

El Gobierno libanés está muy dividido por la investigación internacional sobre el asesinato del ex primer ministro suní Rafik Hariri en 2005, que podría acabar acusando a algunos miembros de Hezbolá. El mayor grupo parlamentario, dirigido por su hijo, el primer ministro Saad Hariri, ha criticado a Ahmadineyad por tratar a su país como "una base iraní en el Mediterráneo".

Pero la mayoría de los chiíes están agradecidos por el apoyo de Teherán a Hezbolá, que libró una guerra de 34 días contra Israel en el verano de 2006, así como por la ayuda que ha ofrecido desde la República Islámica para la reconstrucción. Mientras, los países occidentales acusan a Irán de suministrar armas al grupo chií, que afirma tener un arsenal de más de 30.000 cohetes.

Se espera que Ahmadinejad, que ha dicho que Israel debería ser "borrado del mapa", visite este jueves varios pueblos del sur de Líbano situados cerca de la frontera con Israel que sufrieron daños durante los bombardeos de 2006.