Pasar casi 70 días sepultados bajo tierra y vivir para contarlo tiene consecuencias. Los 33 mineros chilenos deberán hacer frente ahora a la "continuación de la experiencia", como califican los expertos a lo que les espera tras el rescate, y bregar con la fama, los miedos y fobias, además de algún episodio depresivo y más de un cuadro de estrés postraumático.

Entre los rescatados corren especial riesgo en la recuperación, cuyo primer análisis deberá hacerse en seis u ocho meses para comprobar su evolución, aquellos mineros que tengan un mal control emocional. La clave es el autocontrol, tanto durante el tiempo que han estado sepultados como tras su rescate, cuando tengan que hacer frente a la fama. "La tragedia les ha elevado a la fama y les puede hacer perder el norte, por lo que es vital que sepan asesorarse para gestionar esta popularidad", concluyó el psicólogo Jesús Medina, máster en Emergencias de la Universidad de Málaga.