Los ministros de Defensa de la OTAN dieron ayer su visto bueno al esquema presentado por el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, para reformar la estructura militar de mando recortando aproximadamente un 30% del personal, que pasaría de los cerca de 13.000 efectivos actuales a menos de 9.000, según informó una portavoz aliado.

La decisión final se adoptará en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar en Lisboa los próximos 19 y 20 de noviembre pero la estructura definitiva de la Alianza una vez materializados los recortes que afectarán a los cuarteles generales se conocerá a mediados de 2011. De momento, en la reunión celebrada ayer en Bruselas, no se detalló cómo afectará esta reducción de personal a los diferentes países, ni se establecieron los criterios geográficos.

Sólo el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, se refirió a este aspecto para destacar la importancia de mantener la presencia de la OTAN en Turquía, una idea apoyada por el secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates.

El recorte no afecta a Bétera

La OTAN tiene actualmente once cuarteles generales. España alberga uno de ellos, en Retamares (Madrid), donde se encuentra el Mando del Componente Terrestre para el sur de Europa. La reestructuración no afectará a los dos comandos supremos ni a los mandos navales ni terrestres, uno de ellos situado en Bétera.

La propuesta de revisión de la estructura de mando tuvo, según la ministra española de Defensa, Carme Chacón, un"consenso generalizado" para tener una estructura "más ligera, más flexible, menos costosa" y que garantice "la misma seguridad ante los retos y nueva amenazas del siglo XXI".

Dentro de este proceso de reducción de gastos, se revisó igualmente la iniciativa deRasmussen para dejar en tres las 14 agencias de la OTAN que existen en este momento. Tras la reforma habrá una de servicios de apoyo, otra de adquisiciones y una tercera de comunicaciones e información.

Los ministros acordaron, igualmente, poner en marcha una capacidad de planeamiento civil, conscientes de que los conflictos del siglo XXI no tienen una solución únicamente militar y hay que afrontarlos también desde la vertiente diplomática y civil.