El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pretende tapar con dinero la pestilencia de las basuras en la región de la Campania (cuya capital es Nápoles). El gobierno italiano destinó ayer 14 millones de euros para obras de compensación por la apertura del vertedero más grande de Europa en las faldas del Vesubio.

En diez días se espera que haya vuelto la normalidad a la zona, según dijo el primer ministro, tras la reunión urgente del Consejo de Minstros con el jefe de Protección Civil, Guido Bertolaso, y el presidente de Campania, Stefano Caldoro. Para ello se retirará la gestión a la empresa Asia que dirige el vertedero y será Protección Civil el organismo que se encargue del gran basurero, que se abrirá pese a las protestas vecinales.

El vertedero tendrá capacidad para 20 millones de toneladas de basura. El problema no está resuelto de manera definitiva, informó Betolaso. En la actualidad funcionan cinco vertederos y el plan es abrir otros 3 más. La incineradora de Azerra funciona también a plena satisfacción pero es necesario abrir más en la zona

Las "madres volcánicas"

En esta tensa situación, con el coraje propio de la mujer que siente cómo se quiere dañar lo suyo, las ya conocidas como "madres volcánicas" cortan las carreteras de la región desde hace días armadas de rosarios con los que rezan pidiendo al más allá una solución para el problema que tienen al lado de casa porque al gran basurero se encuentra a cinco minutos de las casas más próximas.

La policía denuncia que los vecinos están siendo ayudados por grupos violentos que sólo persiguen el caos o los intereses de la Camorra. Entretanto, las madres se preguntan si les llaman a ellas "camorristas".

En cuanto a la situación del orden público, Berlusconi aseguró que no debe generar "preocupación" o hacer pensar que hay una "emergencia" de carácter subversivo. Se trata de hechos "localizados", explicó.

El primer ministro dijo que, en cualquier caso, las autoridades están vigilantes ante la posibilidad de que haya elementos "externos al sistema democrático" que inciten a la población a participar en los disturbios. Las protestas de los vecinos afectados por los olores y los residuos tóxicos del vertedero de Terzigno se agravaron cuando esta semana se anunció la apertura del segundo vertedero.

Mientras la basura se sigue acumulando en las calles, los enfrentamientos se saldaron con al menos 20 policías heridos este jueves y continuaron hasta la madrugada de ayer, cuando los agentes se enfrentaron a unos 2.000 manifestantes que lanzaron piedras, hicieron explotar petardos y utilizaron troncos de árboles para bloquear los accesos al vertedero de Terzigno.

El Gobierno, en todo caso, ha prometido una mesa de negociación con los vecinos para estudiar la situación, terminar con el mal olor y el continuo paso de camiones de basura frente a sus casas.