Primero un suicida estrelló un coche bomba contra la entrada principal. Después un grupo de hombres armados penetraron en el edificio: dos se inmolaron y el cuarto fue abatido por disparos de las tropas afganas. Así organizaron y ejecutaron los insurgentes el ataque de ayer contra la sede de la ONU en Herat, provincia afgana situada al oeste del país, donde se encuentra el grueso del contingente español.

Después de varias horas, las tropas afganas, que habían rodeado el edificio,dieron por concluido el asalto sin que se registraran víctimas del organismo internacional; aunque la policía afgana sí confirmó la muerte de los cuatro terroristas.

Según el relato de los funcionarios y de las fuentes policiales, los talibanes intentaron burlar la vigilancia disfrazándose de policías y usando burkas. Durante varias horas, en el interior de la sede se pudieron oír explosiones y tiroteos. Se trata del ataque más grave contra la ONU en los últimos meses. El comandante talibán mulá Bilal se atribuyó la responsabilidad del atentado en nombre de los insurgentes y confirmó la muerte de al menos un terrorista suicida.

Las oficinas de la ONU en Afganistán en Herat están situadas en el área de Pashtun Pul, varios kilómetros al sur de la ciudad, en el límite con el distrito de Guzra. El año pasado, los insurgentes atacaron una casa de huéspedes en Kabul que servía de alojamiento habitual para los funcionarios de la ONU en el país, y causaron la muerte de cinco de ellos.

Las víctimas de la guerra están en su nivel más alto desde que en 2001 comenzara el conflicto de Afganistán contra los talibanes. Los insurgentes han incrementado sus ataques más allá de sus posiciones en el sur y el este del país.