Varios analistas del mundo árabe calificaron ayer la muerte de Bin Laden de un"gran golpe" contra Al Qaeda que puede provocar su retroceso.

Ghasan al Jatib, portavoz del primer ministro palestino, Salam Fayad, calificó ayer de "acontecimiento para la paz" la desaparición de Bin Laden y subrayó que "lo más importante es deshacernos de la ideología y las creencias radicales" del líder de Al Qaeda.

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libanesa Nasim Jury manifestó que la muerte de Bin Laden "no supone el final (de Al Qaeda), pero significa el comienzo del fin de la interpretación errónea que hizo del Islam". El experto egipcio en asuntos islámicos Fahmi Huweidi comentó que "es posible que con el paso del tiempo Al Qaeda retroceda" a consecuencia de la muerte de su líder. No obstante, apuntó que este retroceso no se notará a corto plazo.

La muerte de Bin Laden tendrá un efecto "más simbólico que operativo", ya que la estructura de Al Qaeda ha cambiado considerablemente en los últimos diez años y el papel de su líder se había vuelto meramente ideológico y propagandístico. Aunque el analista norteamericano Peter Bergen declaró a la CNN que la muerte de Bin Laden supone "el fin de la guerra contra el terrorismo", otros expertos citados por la cadena Al Yazira recordaron que Al Qaeda es, en 2011, una organización muy diferente a la de 2001, cuando cometió los atentados del 11-S en Estados Unidos.

En este tiempo, la red ha formado nuevos líderes y numerosos grupos afiliados en todo el mundo. Al Qaeda de la Península Arábiga, por ejemplo, opera con casi total independencia de la dirección central, oculta en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Bin Laden y su número dos, el egipcio Ayman al Zawahiri, delegaron en sus subordinados buena parte de las operaciones del día a día.

"Los grupos yihadistas cuentan con otros líderes que pueden prosperar como figuras de referencia en el grupo", prosiguió Daveed Gartenstein-Ross. director del Centro de Estudios sobre Radicalización Terrorista eb EE UU.