No es la primera vez que el director gerente del FMI se ve envuelto en un escándalo de naturaleza sexual. En 2008 se le acusó de haber mantenido una relación amorosa con una de sus subordinadas del FMI, Piroska Nagy.

El Fondo Monetario contrató a un bufete de abogados para investigar las denuncias y Nagy cambió su trabajo al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, con sede en Londres.

Strauss Kahn pidió disculpas al personal de la entidad financiera internacional a través de un correo electrónico en el que admitió un "error grave de juicio", pero declaró creer "firmemente que no he abusado de mi posición".

El comité directivo del FMI decidió que la relación se había producido por mutuo acuerdo, aunque calificó las acciones de su director gerente como "lamentables" y que reflejaban un "grave error de juicio".