El Consejo de Seguridad de la ONU abordará de nuevo este martes la deteriorada situación de los derechos humanos en Siria, con un proyecto de resolución propuesto por Marruecos que pide la salida del poder del presidente sirio, Bachar el Asad, y que cuenta con el rechazo de Rusia.

A las discusiones del Consejo, bajo la presidencia de Sudáfrica en enero, se unirán mañana la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y los ministros de Exteriores de Francia, Alain Juppé, y el Reino Unido, William Hague, en un nuevo intento de buscar una solución a los más de diez meses de violencia en Siria, que han ocasionado más de 5.400 muertos.

A las reuniones se sumarán el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y el primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani.

Estados Unidos "apoya el proyecto de resolución presentado por Marruecos y creemos que es vital que el Consejo respalde en su totalidad las propuestas de la Liga Árabe", dijo hoy su embajadora Susan Rice, en declaraciones a la prensa en Naciones Unidas.

Sobre la mesa de negociaciones del máximo órgano de decisión de la ONU está la propuesta marroquí, que busca poner fin a la violencia en Siria y se centra en el plan de paz planteado por la Liga Árabe "para facilitar una transición política que conduzca a un sistema político democrático y plural", según una copia del documento a la que Efe tuvo acceso.

Ese proyecto de resolución fue presentado el pasado viernes por el embajador de Marruecos Mohamed Loulichki, ha sido redactado por árabes y europeos y cuenta con el apoyo de EEUU.

Rice opinó que es el "momento" de que se apruebe esa resolución y subrayó que su contenido "es bastante sencillo, no hay sanciones, ni uso de la fuerza o amenaza de uso de la fuerza".

La diplomática estadounidense agregó que es "un apoyo a los planes de la Liga Árabe. Es lo mínimo que el Consejo puede hacer".

El texto marroquí pide a Al Asad que traspase el poder a su vicepresidente para formar un "gobierno de unidad nacional" que lidere un proceso de transición que lleve a celebrar "elecciones transparentes y libres bajo supervisión árabe e internacional".

Condena "las continuadas y extendidas graves violaciones de derechos humanos y libertades fundamentales por parte de las autoridades sirias" y pide el cese inmediato de la violencia, la liberación de prisioneros, la retirada de las fuerzas de seguridad de la calle y el acceso de la prensa extranjera, entre otros asuntos.

Sobre la oposición rusa al proyecto, Rice señaló que "lo mejor sería un apoyo unánime y que todos respaldaran el plan de la Liga Árabe" e indicó que ya han transcurrido "diez meses de horrible aumento de la violencia de un gobierno contra su pueblo".

Rice, quien rehusó decir si Siria está o no ante un escenario de guerra civil, subrayó que en este tiempo muchos miembros de la comunidad internacional, desde los vecinos de Siria a los países de la Unión Europea o EEUU y ahora la Liga Árabe, están intentando "prevenir un escenario peor. La alternativa es más violencia y que el caos se intensifique".

De manera similar se expresó Francia, que busca "convencer al Consejo de Seguridad de que ejerza todas sus responsabilidades ante el agravamiento de los crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen sirio".

El número de fallecidos ha aumentado en las últimas semanas y podría llegar a los 6.000, como asegura la oposición siria, desde que a mediados de enero la ONU estimase que las víctimas mortales de la represión superaban las 5.400.

Moscú, miembro permanente con poder de veto y aliado tradicional de Damasco, rechaza el proyecto porque "no sólo traspasa nuestras líneas rojas, que son la indicación de sanciones y la imposición de un embargo de armas, sino que también incluye puntos inaceptables, como la idea de imponer cierto desenlace al diálogo político cuando éste ni siquiera ha empezado", según su embajador Vitaly Churkin.

Rusia ha logrado que el régimen sirio aceptase hoy su invitación para negociar en Moscú con la oposición de cara a lograr un arreglo político del conflicto sin injerencia exterior, según el Ministerio ruso de Exteriores.

Sin embargo, aún no ha recibido respuesta afirmativa de los representantes del Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la mayoría de la oposición en el exilio y que es contrario a negociar una solución que no contemple la salida de Al Asad del poder.