La clase política francesa olvidó hoy sus diferencias en plena campaña electoral para unirse en su condena al tiroteo contra un colegio judío de la localidad de Toulouse, en el sur del país, por el que murieron tres menores y un adulto.

El presidente de Francia y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, calificó de "tragedia nacional" lo sucedido, insistió en "hacer todo lo posible para que el asesino sea detenido" y pidió a la ciudadanía "no ceder ante el terror".

Tras una reunión mantenida con el primer ministro, François Fillon, en el Palacio del Elíseo, añadió que se ha elevado el plan antiterrorista al máximo nivel en la región y atribuyó a una misma persona la autoría de ese suceso y de otros dos atentados recientes contra militares en esa misma localidad y en la vecina Montauban.

El candidato socialista a las Presidenciales, François Hollande, que también se desplazó esta mañana hasta el lugar de los hechos y al igual que Sarkozy suspendió sus actos de campaña, denunció hoy como "antisemita" ese "enorme drama" y subrayó que con él "toda Francia ha sido atacada".

Hollande, favorito de esos comicios según los últimos sondeos, pidió "una respuesta común y firme de toda la República" para dar con ese "asesino", que según las primeras investigaciones utilizó el mismo arma y la misma motocicleta que las usadas la semana pasada en los otros dos tiroteos.

En la misma línea de unión se pronunció también la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, para quien "en estos momentos no hay derecha o izquierda", porque todos los franceses "están afectados y todo el mundo está horrorizado" en su empatía con las víctimas de ese drama.

Las reacciones de la comunidad religiosa en Francia tampoco se hicieron esperar: el presidente del Consejo francés del Culto Musulmán, Mohamed Musaui, se declaró "horrorizado" por este "acto criminal indescriptible" y expresó su solidaridad y la de los musulmanes de Francia con el conjunto de la comunidad judía.

El Consejo Representativo de Instituciones Judías en Francia (CRIF), hizo además un llamamiento en un comunicado "a la vigilancia y a la calma", se unió al "dolor de las familias de las víctimas" y aseguró que "toda la comunidad judía está en estado de shock".

Desde el extranjero, en la Casa Blanca se condenó hoy ese "atroz" ataque y se aseguró que sus "pensamientos y oraciones están con las familias y amigos de las víctimas".

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, envió un telegrama a Sarkozy para trasladarle sus condolencias y ofrecer apoyo al Ejecutivo francés y a sus fuerzas de seguridad" para detener a los responsables, mientras el Consejo de Europa tachó de "cobarde y abominable" lo sucedido.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticó a la ONU a causa del ataque por no haber formulado "condena alguna", y el presidente palestino, Mahmud Abás, condenó igualmente ese atentado y subrayó su "oposición a la violencia contra civiles".