El Gobierno de EE.UU. condenó hoy con vehemencia el comportamiento de los presuntos infantes de Marina estadounidenses que aparecen en un polémico vídeo en el que aparecen orinando sobre varios cadáveres de talibanes en Afganistán.

El Pentágono ha prometido una investigación exhaustiva y las altas instancias del Gobierno se han apresurado a declarar "deplorable" el suceso.

Las autoridades están decididas a evitar un nuevo escándalo por el comportamiento de los soldados de EE.UU. que pueda hacer recordar, ni de lejos, el que desató la imágenes de los maltratos en la prisión iraquí de Abu Ghraib en 2004.

Según confirmó a Efe una fuente del Pentágono, bajo la condición del anonimato, la Infantería de Marina ya ha identificado que los soldados que aparecen en la grabación pertenecen al tercer batallón del segundo regimiento de Marines, con base en Camp Lejeune, estado de Carolina del Norte.

Esta información se produce después de que el secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, calificara hoy de "totalmente deplorable" el comportamiento de los soldados estadounidenses e informara de que se ha abierto una investigación inmediata y exhaustiva sobre el asunto que ya ha dado sus primeros frutos.

"He visto las imágenes y encuentro que el comportamiento allí registrado es totalmente deplorable", señaló Panetta en un comunicado. "Condeno ese comportamiento en los términos más enérgicos".

El secretario de Defensa insistió en que ese tipo de conducta "es totalmente inapropiada para miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos" y subrayó que no refleja las normas y valores que los militares estadounidenses juran respetar.

Panetta advirtió de que aquellos que hayan incurrido en esa conducta deberán rendir cuentas, ya que la profanación de un cadáver es considerado un crimen de guerra en Estados Unidos.

Además, el secretario de Defensa telefoneó al presidente afgano Hamid Karzai para asegurarle que el Gobierno estadounidense investigará el caso hasta sus últimas consecuencias.

El Cuerpo de Infantería de Marina ha indicado que sigue procurando verificar el origen y la autenticidad del vídeo.

Por su parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, se unió hoy a las condenas y dijo estar totalmente "consternada" ante el comportamiento de los soldados.

"Quiero expresar mi total consternación por esta información sobre nuestros marines, por quienes profeso el máximo respeto y admiración", dijo Clinton en declaraciones a la prensa tras un encuentro bilateral con el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Mourad Medelci.

"Es absolutamente inconsistente con los valores estadounidenses, con los estándares de comportamiento que esperamos de nuestro personal militar y al que se acoge la gran, gran mayoría de nuestro personal militar", señaló Clinton.

El secretario de prensa de la Casa Blanca dijo hoy en su rueda de prensa diaria que el presidente Barack Obama conoce los hechos y comparte las consideraciones del secretario de Defensa, aunque confesó no saber si Obama había visto las imágenes.

El vídeo, de 39 segundos, muestra como un soldado graba a otros cuatro que orinan sobre tres cadáveres ensangrentados, presumiblemente talibanes, entre risas y chascarrillos. Uno de ellos llega a decir "ten un buen día, amigo".

El principal portavoz talibán, Zabiualah Muyahid, calificó hoy de "inhumano" y "bárbaro" el polémico vídeo, y consideró que generará más odio y que provocará que los estadounidenses se vean obligados a "acortar su presencia en Afganistán".

La publicación del vídeo coincide precisamente con los avances en las negociaciones entre el gobierno afgano y los talibanes, que EE.UU. pretende reiniciar tan pronto como el gobierno de Karzai de su beneplácito.

Las imágenes, que se difundieron como el rayo por Internet, suponen asimismo un duro golpe a los esfuerzos del Pentágono y de todo el Gobierno de EE.UU. para reparar la imagen de sus fuerzas armadas tras el escándalo de Abu Ghraib, cuando salieron a la luz fotografías de malos tratos por parte de soldados estadounidenses a presos en esa cárcel iraquí.

El año pasado, un grupo de soldados estadounidenses recibió fuertes condenas de prisión después de que saliera a la luz que guardaron como trofeos restos de civiles afganos a los que habían matado.