Ecuador y el Reino Unido manifestaron hoy su disposición a dialogar para resolver sus diferencias por el caso de Julian Assange, pero el primero condicionó el diálogo a una retirada de las "amenazas" británicas y el segundo reiteró que no cejará en su obligación de extraditarlo a Suecia.

Los dos Gobiernos se mantienen inamovibles en sus posiciones cinco días después de que Ecuador concediera asilo al fundador de WikiLeaks con el argumento de que hay riesgo de que desde Suecia pueda ser llevado a otro país donde su vida correría peligro, una alusión a Estados Unidos que el Gobierno de esa nación descartó hoy.

"Bajo nuestra legislación, habiendo agotado todas las opciones de apelación, estamos obligados a extraditarlo a Suecia. Es nuestra intención cumplir esa obligación", dijo hoy el portavoz del primer ministro británico, David Cameron, en un comunicado.

En Suecia, Assange, de 41 años y nacionalidad australiana, es reclamado por denuncias de dos mujeres que dicen que abusó sexualmente de ellas, una acusación que él niega y nada tiene que ver con los miles de documentos oficiales secretos, sobre todo de EE.UU., divulgados por WikiLeaks.

Además de reiterar que no entregará un salvoconducto a Assange para que pueda dejar la embajada ecuatoriana en Londres, donde está refugiado desde el 19 de junio, y viajar a Ecuador, el Gobierno británico manifestó hoy que continúa empeñado en llegar a una "resolución amigable".

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, insistió por su parte en que su Gobierno está dispuesto a dialogar, pero si el Reino Unido "retira" oficialmente la "amenaza" vigente de entrar por la fuerza en la embajada ecuatoriana para detener a Assange.

"Actualmente está vigente (la amenaza), nosotros hemos recibido esa comunicación y no hemos recibido una retirada de la misma", indicó el titular de la diplomacia ecuatoriana.

El Gobierno ecuatoriano afirma que esa "amenaza" está contenida en un escrito que recibió del Gobierno británico el pasado miércoles y ha conseguido la solidaridad de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que el fin de semana se reunieron en Guayaquil y repudiaron la actitud británica.

Ecuador espera ahora que la Organización de Estados Americanos (OEA) se pronuncie el próximo viernes en una reunión de cancilleres en Washington que el Consejo Permanente de la institución comenzó a preparar ya hoy.

"Sabemos las limitaciones que tiene la OEA, las complicaciones incluso que se han producido respecto a su comportamiento, acción en períodos anteriores, pero creemos que, en un caso como éste, es indispensable que haya una reacción, no por nosotros, por la OEA, que reivindique a un país que está siendo amenazado", dijo hoy el canciller Patiño al canal de televisión Gamavisión.

La convocatoria de la reunión de cancilleres fue aprobada el pasado viernes por 23 votos a favor y 3 en contra, los de Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago.

El Gobierno de Estados Unidos manifestó hoy los motivos de su oposición a dicha reunión.

"No vemos ningún papel para la OEA en una situación hipotética que no parece ser inminente en cualquier caso", señaló la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, en referencia a la advertencia del Gobierno británico de recurrir a una ley de 1987 para entrar en la embajada y detener así a Assange.

"Tenemos asuntos muy importantes en los que trabajamos en la OEA, que tienen que ver con la fuerza y la salud de la democracia en la región. Y esto, francamente, es un espectáculo secundario", señaló.

Nuland aseguró que Estados Unidos no ha mantenido conversaciones con el Gobierno de Rafael Correa sobre el destino de Assange ni la resolución de la crisis diplomática entre Ecuador y el Reino Unido, y negó las afirmaciones del fundador de WikiLeaks de que hay una "persecución" contra él.

En Washington, el Consejo Permanente de la OEA modificó hoy, a petición de Brasil, la versión en portugués de la convocatoria de la reunión de cancilleres del próximo viernes y estableció por sorteo que el primer canciller en intervenir será el de República Dominicana, seguido del resto de delegaciones por orden alfabético en el idioma español.

Está previsto que intervengan también los observadores permanentes, como el del Reino Unido, Philip Barton.

La convocatoria de la reunión del próximo viernes es, según la versión en español, para que los cancilleres analicen la "situación entre Ecuador y el Reino Unido concerniente a la inviolabilidad de los locales diplomáticos del Ecuador en el Reino Unido", y "acordar las medidas que convenga adoptar".

En portugués, la segunda parte se cambió por "llegar a un entendimiento sobre las medidas que convenga adoptar", dado que, en ese idioma, la palabra "acuerdo" (acordo) "parece implicar que estemos hablando de un documento formal, jurídico, que todos tengamos que firmar", según el representante brasileño, Breno Días da Costa.

La modificación en la versión portuguesa suscitó quejas de las representaciones de Nicaragua y Venezuela, que pidieron no condicionar las posibles decisiones que tomarán los cancilleres.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo hoy que "Ecuador no está solo", tras advertir que cualquier acción británica contra la embajada ecuatoriana en Londres "tendría respuestas muy contundentes", "muy fuertes y muy firmes".