La justicia francesa abrió hoy una investigación sobre la muerte en 2004 del líder palestino, Yaser Arafat, en un hospital de las afueras de París, tras la denuncia presentada por su viuda, Souha Arafat, ante las sospechas de que pudiera haber sido envenenado, informan hoy medios franceses.

El pasado 31 de julio, los abogados de Souha Arafat presentaron una denuncia por el presunto asesinato del histórico líder palestino, después de que un laboratorio suizo identificara restos importantes de material radiactivo en sus objetos personales.

Ese hallazgo relanzó la tesis del envenenamiento con polonio, lo que motivó que se presentara la denuncia y que la familia accediera a permitir la inhumación de los restos de Arafat, que reposan en una tumba en la sede de la Mukata (gobierno palestino) de la ciudad cisjordana de Ramala, para practicar nuevos exámenes.

El cuerpo de Arafat no fue sometido a autopsia tras su fallecimiento, el 11 de noviembre de 2004, en el hospital militar de Percy, en Clamart, a las afueras de París, donde permaneció casi dos semanas ingresado.

La Fiscalía del Tribunal de Nanterre, a las afueras de París, decidió hoy abrir la investigación, por lo que se nombrará a uno o varios jueces instructores para dirigir las pesquisas.

La noticia de la apertura de la investigación en Francia coincide con las revelaciones de la revista médica especializada "Slate" de algunos de los elementos del historial de Arafat.

Según la publicación, es poco probable que el histórico líder palestino fuera envenenado con polonio, tal y como sugerían los restos encontrados en sus efectos personales, pero no descarta que ingiriera otro veneno.

En concreto, "Slate" hace referencia a una de las toxinas procedentes de la seta "amanita faloide".

La revista recuerda que durante casi dos semanas los médicos franceses que examinaron a Arafat trabajaron, sin éxito, en encontrar las causas del rápido deterioro de su salud.

El líder palestino perdió en dos semanas tres kilos de peso y su nivel de plaquetas sanguíneas cayó vertiginosamente, lo que le provocó coágulos que generaron hemorragias.

Los exámenes radiológicos a los que fue sometido descartaron la presencia de niveles anormales de radiación, aunque no se buscó en particular el polonio.

Los expertos consultados por "Slate" consideran poco probable que Arafat fuera envenenado con polonio, porque los síntomas que presentaba no concuerdan con los de una persona afectada por un isótopo radiactivo, tales como la caída del cabello.

A partir del 12 de octubre de 2004, Arafat comenzó a sufrir problemas intestinales, lo que provocó su hospitalización en Ramala y, posteriormente, su traslado al hospital de París, donde entró en coma el 3 de noviembre y murió ocho días después.