Al menos cuatro personas han fallecido este jueves en enfrentamientos entre la Policía colombiana y manifestantes que apoyan el paro agrario cuando las fuerzas de seguridad pretendían levantar los bloqueos en la vía Panamericana a su paso por el sur del departamento del Cauca.

Las fuerzas de seguridad han intervenido para despejar en el municipio de Mercaderes la carretera que une Nariño con el centro del país. Según los manifestantes, citados por Caracol Radio, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) se habría sobrepasado en el desalojamiento de los manifestantes.

Uno de los cuatro muertos es un menor que habría fallecido tras inhalar gases lacrimógenos. Al menos 5.000 campesinos estaban ubicados en la ciudad para bloquear la carretera.

La Huelga

El pasado 19 de agosto, transportistas, agricultores y ganaderos iniciaron un paro nacional para exigir al Gobierno que aprobara medidas urgentes para mejorar sus condiciones laborales y protegerles del impacto de los tratados de libre comercio.

A lo largo de estas dos semanas se han producido enfrentamientos entre huelguistas y fuerzas de seguridad, en un principio localizados en zonas rurales, pero finalmente se han extendido a las grandes ciudades, que han expresado su apoyo al campo colombiano.

La mayor jornada de violencia se vivió el pasado jueves, cuando miles de personas marcharon por el centro de Bogotá para apoyar a los huelguistas. Sin embargo, grupos de encapuchados boicotearon la protesta, dando lugar a una batalla campal contra los agentes antidisturbios.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, denunció la infiltración de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la marcha de Bogotá y, en consecuencia, propuso juzgar por terrorismo a los detenidos por los disturbios.

Por su parte, el alcalde bogotano, Gustavo Petro, acusó a las bandas criminales de la violencia. "Las 'bacrim' están detrás del sabotaje a la movilización pacífica. Los Paisas contrataron pandillas para destruir y extorsionar", dijo en la red social Twitter.

El Gobierno y los campesinos llevan semanas negociando un acuerdo para poner fin a una huelga que se ha saldado con cuatro muertos. De momento, solo los campesinos de Tunja han conseguido arrancar un compromiso al Ejecutivo para que proteja la producción de determinados alimentos.