La oposición, encabezada por la conservadora Erna Solberg, ganó hoy las elecciones legislativas noruegas con el 52,8% de los votos, según una proyección de la televisión pública NRK tras el cierre de los colegios.

El bloque opositor obtendría así 93 de los 169 escaños del Stortinget (Parlamento) frente a los 75 de la coalición "rojiverde" del primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg.

El Partido Laborista, en el poder desde 2005, conservaría no obstante la condición de formación política más votada con el 30,4 por ciento de los votos y 55 escaños, cinco puntos porcentuales y 14 diputados menos que hace cuatro años.

El Partido Conservador arrebataría al ultranacionalista Partido del Progreso la condición de segunda fuerza más votada, subiendo casi nueve puntos hasta el 26,1 por ciento, lo que le daría 44 escaños, frente al 16,2 por ciento y los 31 diputados de éste.

Los socios minoritarios del bloque de derecha, el Partido Cristianodemócrata y el Partido Liberal, mejorarían ligeramente su resultado hasta el 5,9 y el 4,6 por ciento, respectivamente.

Los otros dos componentes de la coalición "rojiverde", el Partido Centrista y el Partido de la Izquierda Socialista, obtendrían resultados dispares: el primero subiría hasta el 7,9 por ciento, y el segundo, bajaría hasta el 4,1 por ciento, apenas una décima por encima de la barrera mínima para entrar en el Parlamento.

La formación de izquierda "Rojo" podría obtener un escaño aun sin alcanzar el mínimo, gracias a los votos personales, mientras que el Partido del Medioambiente "Los Verdes", que en las encuestas previas obtenía varios diputados, se quedaría fuera.

Otros dos sondeos elaborados por el canal TV2 y por el diario "VG" apuntan también a un claro triunfo de la oposición.

De confirmarse estos pronósticos, Erna Solberg sería con casi total seguridad la próxima primera ministra noruega, aunque debería salvar las diferencias entre el Partido del Progreso y los dos socios minoritarios del bloque opositor, sobre todo en inmigración.

Los líderes de los cuatro partidos han resaltado durante la campaña su intención de sentarse a negociar en caso de un triunfo de la oposición, que los sondeos han vaticinado desde hace meses.

A pesar de un fuerte retroceso de casi siete puntos y diez escaños menos, el Partido del Progreso podría entrar por primera vez en el gobierno.

Sanidad, educación y el uso del dinero procedente del fondo de pensiones público que gestiona los ingresos petroleros han sido algunos de los temas centrales de la campaña previa a unas elecciones celebradas dos años después de los atentados perpetrados por el ultraderechista Anders Behring Breivik.

Breivik hizo estallar el 22 de julio de 2011 una bomba en el complejo gubernamental de Oslo, matando a 8 personas, y luego se trasladó a la isla de Utøya, al oeste de la capital, donde perpetró una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas, en la que murieron otras 69.