El conflicto de Kosovo ha tenido hoy un nuevo episodio de violencia, con la muerte a tiros en una emboscada de un policía lituano de la Eulex, la misión de la Unión Europea en la antigua provincia serbia, que se autoproclamó independiente en 2008.

El agente, la primera víctima de la violencia que sufre Eulex desde que comenzó a operar en 2008, murió cuando el vehículo en el que viajaba junto a un compañero checo fue tiroteado, sin que se haya aclarado aún la identidad ni el número de personas implicadas.

El ataque se produjo en las proximidades de la localidad de Zvecan, en el norte de Kosovo, cuando unos desconocidos dispararon contra dos vehículos en el que viajaban seis agentes de la Eulex, según comunicó la misión.

El jefe de la Eulex, Bernd Borchardt, se mostró "profundamente consternado" y calificó el acto de "cobarde violencia".

"(El fallecido) era funcionario aduanero de Lituania, dedicado a asegurar la estabilidad en Kosovo, alguien que contribuía a la normalización de las relaciones entre Serbia y Kosovo", dijo Borchardt a los medios en Pristina.

Borchard no pudo precisar si el agente checo de la Eulex sufrió heridas, ya que aunque no tiene lesiones visibles, aún están bajo control médico para descartar lesiones internas.

Una portavoz de la Eulex declaró a Efe que se ha iniciado una investigación para aclarar el suceso.

El agente fallecido tenía 35 años y estaba casado.

"La zona en que ocurrió el incidente está cerrada. Nuestro grupo operativo para Mitrovica, un cuerpo especial que se dedica a investigaciones de crímenes graves, está desplegado, y se está investigando", indicó la portavoz.

La Eulex ha pedido la colaboración ciudadana para avanzar en la investigación.

El representante especial de la UE en Kosovo, Samuel Zbogar, declaró en Pristina que "el ataque a Eulex es un ataque a la UE (...), a la paz, la seguridad y al imperio de la ley".

"Los procesos políticos no pueden verse amenazados por la violencia. Este trágico asesinado debe unir a todos en Kosovo, a serbios y albaneses, en el norte y el sur, en Serbia y en Kosovo, en el claro rechazo de cualquier forma de violencia", advirtió.

El incidente ocurre semanas antes de las elecciones municipales en Kosovo del 3 de noviembre, cuya celebración se pactó tras llegar Serbia y Kosovo a un acuerdo, auspiciado por la UE, para normalizar sus relaciones.

El acuerdo, cerrado el pasado abril tras meses de negociaciones, contempla que, después de los comicios, los serbios kosovares creen una comunidad de municipios propia, con ciertas competencias pero bajo la legislación kosovar.

Sin embargo, parte de la población serbia del norte de Kosovo ha rechazado tomar parte en los comicios, al considerar que significaría aceptar la independencia de la provincia.

El acuerdo de normalización entre Belgrado y Pristina es crucial para el objetivo de ambos países de ingresar algún día en la UE.

Desde Belgrado, el primer ministro de Serbia, Ivica Dacic, condenó el ataque y pidió que de detenga a los responsables de lo que calificó como "un disparo al futuro del pueblo serbio en Kosovo, al futuro de Serbia y de sus ciudadanos".

Dacic recalcó que Serbia ha ofrecido su cooperación a la Eulex para que se investigue lo ocurrido.

En Pristina, la presidenta de Kosovo, Atifete Jahjaga, también condenó enérgicamente "el acto intolerante de aquellas fuerzas que tienen como objetivo desestabilizar el país y socavar el orden constitucional".

Jahjaga declaró que el ataque a la presencia internacional en Kosovo cuando se preparan las elecciones locales es un intento de crear un clima de inseguridad, y pidió calma a los ciudadanos.

El norte de Kosovo, poblado en su mayoría por serbios, es una zona de constantes tensiones.

Kosovo, de población mayoritariamente albanesa, proclamó en 2008 de forma unilateral su independencia, no reconocida ni por Serbia ni por los serbios que viven en la región.