El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) anunció este viernes su disposición a iniciar un diálogo con la Unión de la canciller, Angela Merkel, para formar una "gran coalición" que gobierne el país tras las elecciones del pasado domingo.

La decisión se tomó por una clara mayoría en una convención extraordinaria que reunió en Berlín a 200 delegados del SPD y en la que el candidato socialdemócrata derrotado por Merkel, Peer Steinbrück, anunció la dimisión de todos sus cargos.

El presidente del SPD, Sigmar Gabriel, indicó a los medios tras el encuentro que el resultado de este acercamiento a las filas de Merkel está abierto, aseguró no "tener miedo a nuevas elecciones si las negociaciones fracasan", y subrayó que la base de la negociación serán "las políticas socialdemócratas".

La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller y su hermana bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), sumaron en los comicios un 41,5% de los votos y se quedaron a cinco escaños de la mayoría absoluta, por lo que están buscando socio de coalición.

Los conservadores ya han comenzado a tentar a los dos candidatos viables, de los tres partidos presentes en el nuevo Bundestag (cámara baja): el SPD, con un 25,7% de los votos, y Los Verdes, que obtuvieron un 8,4% de los escrutinios.

La dimisión de Steinbrück está relacionada con los pobres resultados electorales del SPD -a sólo tres puntos de sus peores datos históricos y a casi 16 de Merkel-, pero también en su rechazo frontal a la posición posibilista que ha cuajado en su partido.

Frente a su tajante negativa a formar una "gran coalición" con la Unión, la dirección socialdemócrata ha abogado ante los delegados por dialogar con los conservadores de cara a formar gobierno, tal y como ocurrió en la primera legislatura de Merkel (2005-2009).

Entonces Steinbrück fue ministro de Finanzas y el SPD cosechó cuatro años después sus peores resultados electorales.

"Mi carrera va a tener un fin ordenado", dijo Steinbrück ante los delegados de su partido según recogen en sus ediciones digitales el "Süddeutsche Zeitung" y "Der Spiegel", que remiten a personas presentes en la reunión.

El proceso hasta la formación de un hipotético gobierno de "gran coalición" es no obstante tremendamente complejo, se podría prolongar durante semanas -incluso meses- y podría acabar fracasando, a juicio de los expertos.

La convención debería también aprobar el comienzo de la negociación formal -si los sondeos exploratorios culminan de forma satisfactoria- y los 470.000 afiliados del SPD deberían votar el contrato final de coalición.

Este último extremo parece improbable según una encuesta de Forsa difundida hoy y en la que se apunta que el 65% de los militantes socialdemócratas está en contra de una "gran coalición", pese a que ésta es la opción favorita de los alemanes, con un 58% de apoyos, según el último "Barómetro político" del canal público "ZDF".

Por su parte, la dirección de Los Verdes también ha movido hoy ficha y se ha mostrado abierta a iniciar un diálogo exploratorio previo con los conservadores, aunque siempre que el desarrollo sostenible sea uno de los ejes centrales de un potencial Ejecutivo de coalición.

La formación ecopacifista decidió en una reunión en la que participaron los líderes de los estados federados, del conjunto del país y de la ejecutiva, dar luz verde a estos sondeos para formar una coalición con los conservadores, una cuestión que enfrenta al ala más izquierdista -que se opone- y a la más posibilista.

A estos problemas para una posible negociación de la Unión con Los Verdes se suma asimismo el proceso de renovación de la cúpula dirigente en el que está inmerso el partido, tras la cadena de dimisiones que siguieron a los resultados electorales.

Tras perder cerca de un millón de votos en comparación con los comicios de 2009 y convertirse en la cuarta y menor facción del Bundestag (cámara baja), los miembros de la dirección de Los Verdes anunciaron el lunes que no se presentarán a la reelección de sus puestos.