El Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino elevó hoy a 2.275 el balance provisional de muertos provocados por el tifón Haiyan, que devastó hace cinco días la región central del país.

En organismo prosigue con el lento recuento oficial en su último informe publicado en el que también indica que 3.365 personas han resultado heridas mientras otras 80 están desaparecidas.

Estos datos rebajan las cifras de estimaciones anteriores de gobiernos locales y de organizaciones como Naciones Unidas, que situaron el número posible de muertes en 10.000.

Con estos datos oficiales el tifón Haiyan se sitúa como el tercer desastre natural con más víctimas mortales en la historia de Filipinas, solo superado por un tsunami de 1975 que causó entre 5.000 y 8.000 muertos en el sur de la isla de Mindanao y las inundaciones originadas en 1991 por la tormenta "Thelma" que mató a 5.100 habitantes en la ciudad de Ormoc, en la isla de Leyte.

El balance del Consejo coincide con la cifra ofrecida por el presidente filipino, Benigno Aquino, que en una entrevista a la cadena "CNN" situó el posible número de fallecidos entre los 2.000 y los 2.500.

"Diez mil, creo yo, es demasiado", afirmó Aquino, quien consideró que los funcionarios locales que proporcionaron esa estimación facilitaron los datos demasiado pronto como para poder calcular una cifra precisa.

En total, el Consejo indicó que unos 6,9 millones de filipinos en 41 provincias están afectados tras el paso del tifón, el más potente registrado en el país.

De estos, 582.303 han sido desplazados de sus hogares pero solo 286.433 han podido ser realojados en 993 centros de evacuación, añadió el organismo gubernamental.

Las autoridades calculan que unas 80.047 casas quedaron completamente destruidas a causa de los vientos sostenidos de más de 225 kilómetros por hora y la subida del nivel del mar de hasta cuatro metros.

El gobierno filipino ha aprobado una partida de 38.3 millones de pesos (unos 875.000 dólares o más de 650.000 euros) para asistir a los damnificados mientras prosiguen los trabajos para restablecer las comunicaciones, el suministro de electricidad y el servicio de telefonía.