Paraguay se despertó hoy conmocionado tras conocerse la muerte de un matrimonio alemán durante un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y la guerrilla, que el miércoles había secuestrado a la pareja, que, según los resultados preliminares de la autopsia, fueron asesinados por sus captores.

La Fiscalía indicó en un comunicado que Roberto Natto y su esposa, Érica Raiser, que residían en Paraguay desde hace 30 años y se dedicaban a la ganadería, fueron asesinados a tiros por la espalda por miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) durante un enfrentamiento con fuerzas de seguridad. Él recibió seis impactos de bala y ella dos.

Junto a los cadáveres se encontraron casquillos del calibre 9 mm, los cuales no son utilizados por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), el contingente de militares y policías que se enfrentó a los secuestradores.

"Ambos fueron acribillados por la espalda, esto fue directamente una ejecución. La mujer tuvo lesiones en el riñón izquierdo y pulmón izquierdo; en el caso del señor, una gran hemorragia interna en ambos pulmones y el corazón lesionado", señaló el médico forense Pedro Lemir a través de un comunicado.

Lemir añadió que también se encontró una picana eléctrica utilizada para el ganado, que los secuestradores aplicaron al matrimonio antes de su muerte, de acuerdo con la autopsia.

Los cuerpos de la pareja, según un comunicado de la Fiscalía, se encontraban en posición de abrazo cuando fueron encontrados en las inmediaciones de la localidad de Yby Yaú, en el norteño departamento de Concepción, a unos dos kilómetros de la explotación ganadera.

El hallazgo se produjo después del choque armado, que concluyó con la escapada de los miembros del EPP, organización que desde hace medio año mantiene secuestrado a un policía.

La fatal peripecia de los Natto dio comienzo la tarde del miércoles, cuando se dispusieron a la vacunación de sus reses en compañía de otras cuatro personas, entre ellas el administrador de la finca.

Todos ellos se desplazaban en una furgoneta por el interior de la estancia, denominada "Luisa Ganadera" y con una extensión de 12.000 hectáreas, cuando fueron interceptados por unos cuatro o cinco guerrilleros, según informó en rueda de prensa el ministro de Interior, Francisco De Vargas.

Posteriormente abandonaron el vehículo y caminaron con los secuestradores hasta que estos decidieron dejar en libertad a los cuatro empleados e internarse con el matrimonio de propietarios de la finca hacia un área boscosa.

Al filo de la medianoche se produjo el encuentro con la FTC y después el hallazgo de las víctimas.

De Vargas confirmó que entre los secuestradores se encontraba Antonio Bernal Maíz, uno de los líderes del EPP y hermano de Bernardo Bernal Maíz, muerto el año pasado durante un enfrentamiento con la FTC.

El incidente se produce después de que el domingo un comando del EPP se internara en La Gringa, una estancia ganadera vecina a la del matrimonio Natto, y quemara maquinaria agrícola pesada.

Según el diario ABC Color, los guerrilleros dejaron una nota en la que multaban a los propietarios por "delito ambiental" y les instaban a repartir 300.000 dólares y varias cabezas de ganado en barrios pobres de Concepción y de Asunción.

El EPP tiene secuestrado desde hace medio año al policía Edelio Morínigo, y las pasadas Navidades liberó a Arlan Fick, de 17 años, tras nueve meses en su poder, siendo el secuestro mas largo de los realizados por el grupo armado.

Fick, hijo de unos colonos de origen brasileño-alemán, fue puesto en libertad el 25 de diciembre, meses después de que su familia asegurara que había pagado a la guerrilla medio millón de dólares por su rescate.

La reciente actividad del EPP ha provocado críticas al Gobierno y a De Vargas por parte de los partidos de la oposición, que acusan al ministro y a las FTC de inoperancia a la hora de enfrentarse a la guerrilla.

Sin embargo, De Vargas afirmó en la rueda de prensa que "la dimisión no es una opción" y añadió que la prioridad ahora es dar con los "criminales".

En diciembre, De Vargas indicó que el EPP podría componerse de unos 30 o 40 miembros, aunque reconoció que eran "especulaciones.

El Gobierno paraguayo atribuye al EPP la muerte de 34 personas, entre policías y civiles, desde 2005.