El personal médico de la compañía aérea Lufthansa no informó a las autoridades alemanas de que el copiloto del avión siniestrado en los Alpes, Andreas Lubitz, padecía depresión severa, según han informado este domingo fuentes de la Oficina Federal de Aviación de Alemania (LBA) al semanario dominical del diario alemán 'Die Welt'.

"La LBA no ha sido informada de que L. (Lubitz) necesitaba tratamiento", ha sentenciado la organización en un comunicado en el que ratifica que, a fecha del 27 de marzo --tres días después del siniestro--, no contaba con "ninguna información sobre los antecedentes médicos" del copiloto.

Este comunicado no ha recibido, por el momento, contestación por parte de Lufthansa, que operaba el vuelo siniestrado a través de su rama de 'low-cost', Germanwings. El incidente se saldó con 150 fallecidos, la totalidad de los ocupantes del avión.

La compañía aérea estaba obligada a informar de esta circunstancia --asi como de cualquier otro tipo de problema grave que pudieran padecer sus pilotos-- a la autoridad civil de aviación de Alemania. En este sentido, la investigación sobre el siniestro reveló que Lubitz recibía tratamiento psiquiátrico y tomaba antidepresivos, tranquilizantes y otros medicamentos.

Los pilotos ocultan la depresión

Por otro lado, el diario 'Bild' difunde un estudio que revela que la mayoría de pilotos que sufren depresión lo ocultan a su compañía o a las autoridades aéreas.

De acuerdo con ese medio, Lubitz, quien según las investigaciones en curso había estado buscando en internet hasta la víspera de la catástrofe métodos para suicidarse, no es un caso único entre los pilotos que tratan de ocultar su problema a sus superiores.

Un análisis del director del departamento de medicina de la Organización Civil Internacional de la Aviación (ICAO, en inglés), Anthony Evans, datado en noviembre de 2013 y citado por ese medio, reflejaba la existencia de serios déficits en el seguimiento de la salud mental de los pilotos.

Aproximadamente un 60 % de los pilotos que sufren algún tipo de depresión deciden seguir volando sin comunicarlo a los estamentos correspondientes, concluía ese estudio, basado en un total de 1.200 casos de profesionales del sector con ese diagnóstico.

Un 15 % de ellos decide tratarse en secreto, con medicamentos que consiguen por sus propios medios, y apenas un 25 % declara a su empleador que sigue tales terapias.

El estudio es fruto de una larga observación, con datos recabados entre 1997 y 2001, siempre de acuerdo con ese medio, que recuerda la enorme presión a que están sometidos los pilotos y el hecho de que un diagnóstico de depresión implica su retirada de servicio.

La edición dominical de 'Bild' indica, asimismo, que Lufthansa -la aerolínea matriz de Germanwings- ha sostenido hasta ahora que sus procedimientos de selección de pilotos están entre los más rigurosos del mundo.