Se cumplen 70 años de la muerte por suicidio de Adolf Hitler, el dictador que dirigió Alemania entre 1933 y 1945, y responsable del genocidio judío. Más allá de su diabólica figura, Hitler escondía una serie de filias y fobias que se fueron descubriendo con el paso de los años.

Así, el 'führer' fue muy pudoroso con su cuerpo. Jamás dejó que nadie le viera desnudo o mientras se bañaba. Además, nunca usaba colonias ni ningún tipo de esencias para perfumarse.

En la mesa mostraba malos modales, se mordía las uñas y se pasaba el dedo una y otra vez por debajo de la nariz. No comía carne, solo ingería hortalizas y fruta hervida, y bebía una o dos copas de cerveza.

Prefería las infusiones al café y le encantaban los postres, lo que le provocó que se le agravaran los trastornos digestivos que padecía. Otra curiosidad es que prohibía fumar en su presencia.

Durante las cenas con invitados era habitual que se arrancara con alguno de los monólogos que ensayaba en sus ratos libres. Sus favoritos eran 'Cuando fui soldado', 'Cuando estuve en Viena', 'Cuando estuve en prisión', y nadie se atrevía a interrumpirlo.

Ataques de cólera

Hitler sufría a menudo ataques de cólera que descargaba sobre sus oficiales, quienes vivían continuamente atemorizados.

En una ocasión, cuando un comandante que estaba de guardia una noche no le transmitió un mensaje sobre el comienzo de la retirada de El Alamein, Hitler le espetó: "Si se le ocurre decir una sola palabra en su propia defensa, mandaré que le fusilen".

Respecto a su relación con Braun, comentaba que no se había casado porque no quería que la preocupación por una familia interfiriera en su deber hacia Alemania. Finalmente se acabaría casando con ella poco antes de suicidarse ambos en el búnker.

¿Y los rumores sobre sus tendencias homosexuales? Un teniente coronel alemán que pasó varios meses del año 1943 en la llamada 'Madriguera del Führer', su cuartel general en Rastenburg (Prusia Oriental), desmintió que mantuviera relaciones con hombres.

Amante del circo y del cine

Hitler era un gran amante del circo. Solía enviar a los artistas chocolates caros y flores, además siempre mostró preocupación por ellos y sus familias cuando sufrían algún accidente durante el espectáculo.

Otra de sus pasiones era el cine. Solía ver películas todas las noches en su cine privado, generalmente filmes extranjeros que estaban prohibidas en Alemania. Su género favorito era la comedia y cuentan que se reía mucho con comediantes judíos.

También se sabe que mandaba rodar películas para él sobre tortura y ejecución de prisioneros políticos, y sus asistentes le conseguían fotos y películas porno.

En cuanto a la música, le gustaban algunos cantantes judíos, aunque lamentaba que no fueran de raza aria. Le encantaba además la música gitana, así como las óperas de Wagner y las marchas de colegios de fútbol americano de EEUU.

No tenía interés en los deportes. De hecho, jamás practicó ninguno más allá de alguna caminata, como las que hacía en sus habitaciones, siempre en diagonal y silbando la misma melodía.

Un último dato: su impecable letra manuscrita llevó al psicólogo Carl Jung a definirle como "un hombre con esencial instinto femenino".