No hay señales de que la polémica participación del millonario Donald Trump en el primer debate de precandidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos haya perjudicado su apoyo en el partido, según el último sondeo de Reuters/Ipsos, que muestra que aún mantiene una amplia ventaja sobre sus rivales.

La capacidad de Trump para mantenerse en cabeza desafía las predicciones de un fracaso político y ha llevado a algunos republicanos a buscar maneras de convencerlo de que no lance una candidatura independiente en caso de que no consiga ser el nominado del partido para las elecciones presidenciales de 2016.

Trump encabeza la competencia entre 17 aspirantes con un respaldo de un 24 por ciento entre los votantes republicanos, sin cambios frente a la medición anterior al debate del jueves pasado, según la encuesta de Reuters/Ipsos.

Su rival más cercano, el gobernador de Florida Jeb Bush, le sigue con un 12 por ciento, tras sufrir una caída respecto al 17 por ciento previo al debate. Ningún otro candidato superó el 8 por ciento en la encuesta realizada a través de Internet entre el final del debate y el pasado domingo.

Trump ha sido objeto de controversia desde junio, cuando lanzó su postulación para la candidatura republicana. Violentos comentarios sobre la inmigración mexicana provocaron una amplia condena y llevaron a algunos de sus socios comerciales a romper relaciones, algo que sumado a su enemistad hacia el senador de Arizona John McCain, quien fue candidato presidencial en 2008, ha molestado a funcionarios del partido.

Sin embargo, los conflictos no han dañado el atractivo de Trump entre los votantes conservadores de menos recursos económicos, que dicen que su estilo temerario es lo que se necesita para sacudir un sistema político cauto.