Un escape de gas metano en la localidad de Porter-Ranch, en el estado de California, ha desatado la preocupación entre los vecinos de la zona.

Desde el pasado 23 de octubre, la compañía energética Southern California Gas (SoCalGas), ha liberado más de 80.000 toneladas de gas metano al reparar el pozo de Aliso Canyon. Las autoridades californianas están preocupadas puesto que “el error”, como así lo definió Kristine Lloyd, portavoz de la compañía de gas, podría provocar una explosión de grandes dimensiones. Para evitar que esta situación ocurra, se ha prohibido el uso de teléfonos móviles por temor a que una chispa pudiera desencadenar el incendio.

Dos colegios han tenido que suspender las clases y cientos de personas han sido desalojadas de sus hogares por miedo a los efectos tóxicos de escape.

SoCalGas indicó que desde la pasada semana, el volumen de metano que se está vertiendo a la atmósfera en estos momentos ha descendido un 60% con respecto a los niveles registrados hace dos meses.

Pero los expertos han puesto en duda dicho informe y aseguran que los resutados son falsos y que incluso la fuga va a más y podría provocar cáncer.