La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, acusó anoche a su rival, el republicano Donald Trump, de incurrir en "un patrón para incitar a la violencia", después de que el magnate sugiriera que los guardaespaldas de la ex primera dama debían abandonar las armas para "ver lo que pasa con ella".

"Donald Trump, el candidato republicano para la Presidencia, incurre en un patrón para incitar a la violencia. Ya sea para provocar protestas en un mitin o simplemente una broma, eso es una cualidad inaceptable para cualquiera que quiera ser comandante en jefe", declaró Robby Mook, el jefe de campaña de Clinton.

La campaña de Clinton respondió rápidamente en un comunicado a los comentarios que el magnate profirió anoche en un mitin en Miami, donde aseguró que la ex secretaria de Estado busca "destruir" la Segunda Enmienda de la Constitución, que protege el derecho de los estadounidenses a poseer y portar armas de fuego.

"Creo que (los guardias de Clinton) deberían desarmarse inmediatamente. Deberían quitarles sus armas. Ella no quiere armas... Vamos a ver lo que pasa con ella. Quítenles las armas, ¿vale? Sería muy peligroso", dijo Trump, provocando los aplausos y gritos de sus seguidores.

El comentario de Trump ha motivado gran polémica, aunque ya había sido formulado antes por el magnate y, en realidad, es una extensión del popular argumento del grupo de presión armamentístico de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que sostiene que "la única manera de parar a un hombre malo con un arma es un hombre bueno con un arma".

Trump "no está preparado para ser presidente, y es hora de que los líderes republicanos denuncien el comportamiento perturbador de su candidato", consideró en un comunicado Mook.

En respuesta a los comentarios de ayer del magnate, el congresista demócrata Chris Murphy aseguró hoy que si Clinton es asesinada, "la sangre estará en sus manos".

"Trump, si sigues sugiriendo a tus seguidores que maten a Hillary Clinton, alguien escuchará. La sangre estará en tus manos", escribió Murphy en su cuenta de Twitter.

En agosto, en un acto en Carolina del Norte, Trump ya se metió en aprietos al acusar a su rival demócrata de querer "abolir" la Segunda Enmienda y luego sugerir que los defensores del derecho a portar armas "quizá sí" podían hacer algo al respecto.