Cualquiera que pensara que las elecciones para la presidencia de EEUU iban a ser un paseo en barca para la candidata demócrata Hillary Clinton es porque desconoce la meca del cine y la televisión. En cualquier serie o película estadounidense el suspense se mantiene hasta última hora, se trata de vender publicidad, y durante el desenlace van apareciendo claves que complican la situación de los protagonistas y enrevesan sus problemas hasta la extenuación.

Y esta campaña no está exenta de este relato. Insultos en televisión, aparición de artistas y famosos en defensa de los candidatos -la mayoría de Clinton- y como no la entrada en la historia de alguna de las numerosas agencias de seguridad federales. Esta vez, en la "refriega política", como lo califica Washington Post en su portada de el miércoles, no se ha metido la todopoderosa CIA. El turno ha sido para el FBI, cuyas investigaciones y revelaciones de la última semana le han dado muchas alas a Donal Trump, muy tocado durante la campaña por sus salidas de tono con veteranos de guerra, mujeres e inmigrantes.

Para la última intromisión, el FBI -que tiene muy enfadados a los demócratas porque el director de la agencia fue nombrado por los republicanos- se ha servido de Twitter. El pasado martes utilizó la red social para publicar un tuit en el que anunciaba que se han desclasificado 129 documentos sobre un indulto que realizó el expresidente de EEUU Bill Clinton. Se trata, ni más ni menos, que del perdón que el marido de la candidata otorgó a un donante del partido demócrata hace más de veinte años.

Nada tiene que ver directamente con la candidata, pero tertulianos conservadores y televisiones se están poniendo las botas con el suculento tema. Una manera de evidenciar que el clan Clinton forma parte del "establishment" americano y que es Donald Trump quien está con los perdedores del sistema. Y todavía falta cerrar la polémica de los correos del exmarido de la asistente de Hillary Clinton.

Así, según los diferentes sondeos que se van publicando en Real Clear Politics, a día de hoy la candidata demócrata ganaría los estados indecisos de New Hampshire, Virginia, Colorado, Maine, Pennsylvania, Minessota, Nevada y Carolina del Norte. Todos entre cinco y un punto de diferencia. Trump se haría con los votos delegados de Georgia, Iowa, Ohio, Arizona y Florida, con entre cuatro y un punto de distancia. Los estados en los que vencería Clinton le darían 81 votos y los del candidato republicano 80. Máxima igualdad a falta de la "última sorpresa", que todavía debe estar por llegar si nos atenemos a los guiones cinematográficos.

Mientras, los candidatos y sus equipos continúan con la campañana electoral en los estados decisivos. Trump lleva toda la semana atacando el "Obamacare", la reforma sanitaria que intenta universalizar la sanidad en EEUU. Solo esta semana, los republicanos van a gastar 23 millones de dólares en publicidad en trece estados, según informa el Washington Post. También han vuelto a aparecer los supuestos problemas de salud de Clinton tras su desfallecimiento público hace ahora casi un mes.

El presidente Barack Obama se ha defendido directamente de las críticas de Donald Trump. Tanto Obama como su mujer Michelle se han volcado en la campaña electoral y no paran de participar en actos de partido. El presidente atacó el miércoles a Trump en un mitin en Carolina del Norte, otro de los estados indecisos, y defendió su legado en el sistema sanitario, que ha permitido a diez millones de personas de rentas bajas disponer de un seguro médico. Obama llamó a la comunidad negra a defender los avances conseguidos en sus ocho años y a seguir apoyando a los demócratas.

Por su parte, Clinton sigue cargando contra el candidato republicano por su opinión sobre las mujeres. El martes compartía mitin con la miss universo Alicia Machado. La candidata demócrata aprovechó para criticar la "crueldad" de su oponente en su trato con el sexo femenino y volvió a recordar los casos de las mujeres a las que besó o tocó sin permiso.