Era medianoche en Cuba cuando Raúl Castro anunciaba, en una alocución televisada, la muerte de su hermano Fidel, líder de la Revolución Cubana. El presidente cubano no hizo mención alguna a las causas de su fallecimiento. Y es que el estado de salud del exmandatario estuvo rodeado de un secretismo absoluto desde que dejara el poder en 2006.

Los rumores sobre su delicada salud han sido constantes durante los últimos años, incluso se le dio por muerto en varias ocasiones. Sus escasas apariciones públicas alimentaban aún más estos rumores. "En la situación específica de Cuba, debido a los planes del imperio (Estados Unidos), mi estado de salud se convierte en un secreto de Estado", aseguró el día que dejó el poder.

WikiLeaks filtró que la enfermedad que obligó a Fidel a retirarse fue una diverticulitis de colon. Esta enfermedad -inflamación de las protuberancias que hay al final del intestino- le provocó una grave hemorragia durante un viaje en avión en 2006.

La perforación que sufrió en el intestino grueso le ogligaba a someterse a una colostomía, intervención que consiste en una abertura en la parte exterior del abdomen para sacar un extremos del intestino grueso. Esta intervención se realiza para tratar el cáncer de colon o de ano. Sin embargo, el 'Comandante' se negó.

Se supo que se sometió a otro tipo de operaciones. No obstante, uno de los médicos que le operó, el español José Luis García Sabrido, desmintió que Castro padeciera cáncer. Pero su escolta durante 17 años, Juan Reinaldo Sánchez, escribió en un libro que sufrió una úlcera cancerosa en 1983.

Tras su retiro, se pudieron ver fotos del comandante convaleciente junto a amigos como el mandatario venezolano también fallecido Hugo Chávez. En sus últimas apariciones se le veía desmejorado, excesivamente delgado y frágil. Él, sin embargo, siempre ironizó sobre los continuos rumores sobre su salud y siempre presumía de estar en perfecto estado de forma.