La Casa Blanca ha presentado este lunes un proyecto de presupuesto que incluye recortes por unos tres billones de dólares (2,44 millones de euros) en recortes en el plazo de una década, aunque la partida para Defensa aumentará y se incluyen 18.000 millones para la construcción del muro en la frontera con México, una de las promesas electorales del presidente Donald Trump.

El objetivo del proyecto es reducir el déficit público de las administraciones, aunque sin descuidar las inversiones en infraestructuras: destinará 200.000 millones de dólares de dinero público que se traducirían en 1,5 billones de dólares totales en inversión para infraestructura procedentes del sector público y del privado.

El proyecto de presupuestos incluye también 85.500 millones para la atención sanitaria de veteranos del Ejército y otros programas que mejorar la calidad de vida de los militares reirados. Además incluye 17.000 millones en programas relacionados con los opiáceos para 2019.

En inmigración, además de la partida del muro, incluye fondos para la contratación de más efectivos de las fuerzas de seguridad y para lograr un incremento de la tasa diaria de detenciones de indocumentados de la Policía de Inmigración y Fronteras.

Retorno a las prioridades nacionales

Funcionarios de la Casa Blanca dicen que el programa implica un retorno a las prioridades nacionales y que 50.000 millones de dólares serán volcados a modernizar la infraestructura de áreas rurales, muchas de las cuales fueron cruciales para la victoria de Trump en las elecciones de 2016.

Trump dijo que cambiará los dispendiosos gastos militares instaurados tras los ataques del 11 de setiembre de 2001. Sin embargo, el proyecto le da un gran impulso al sector de defensa; incluyendo la renovación del arsenal nuclear de forma tal que el de Estados Unidos será "por lejos, superior del de cualquiera", según dijo.

"Gastamos 7 billones de dólares en Oriente Medio. Siete billones ¡qué error¡", dijo Trump el lunes.

"Y ahora intentaremos construir rutas y puentes y arreglar puentes que se están cayendo y tenemos dificultades para obtener el dinero. Y eso es una locura", añadió.

Debate en el Congreso

En 10 años, la Casa Blanca busca recortar billones de dólares en gastos federales y el cuchillo irá hasta el fondo especialmente en el área social.

El presupuesto eliminaría el programa de seguro de salud del presidente Barack Obama y reducirá en más de 200.000 millones de dólares la asistencia alimentaria para los pobres. El recorte de los programas de salud apunta especialmente a los estadounidenses más pobres y viejos.

Pese a esos recortes, los 4,4 billones de dólares del total de la propuesta presupuestal implican un aumento de 10% respecto a 2017.

El programa fiscal probablemente tendrá poco impacto real cuando empiece el debate en el Congreso, en donde será difícil convencer a los legisladores a que acepten los grandes recortes de gastos.

La propuesta es una notoria señal de las prioridades de la administración; con un pronóstico de un déficit presupuestal de un billón de dólares hacia 2020 y un aumento de la deuda federal de 61% hacia 2018 respecto a 2017.

El plan seguramente desatará críticas de quienes cuestionan que el gobierno gaste al mismo tiempo que reduce impuestos y se vislumbran déficits.

El banco de inversiones JPMorgan dijo el lunes que espera que el déficit del gobierno suba a 5,4% del PIB, la tasa más alta sin recesión y solo superada por la registrada durante la crisis financiera mundial de 2008.

El director de Presupuesto de la Casa Blanca Mick Mulvaney dijo en cambio que el plan demuestra una adecuada administración de gastos.

"Como a cualquier familia estadounidense, el presupuesto ofrece opciones: gastos que debemos hacer, recortes en lo que podamos y reducción de lo que pedimos prestado", dijo Mulvaney el sábado.

Crecimiento de un 3%

El presupuesto se basa en que la economía de Estados Unidos crecerá a un ritmo de 3% anual en los próximos seis años. Muchos economistas consideran que eso no es realista pese a que en diciembre se aprobaron rebajas de impuestos a personas y empresas.

El senador Chuck Schumer, líder la oposición demócrata en la Cámara Alta, acusó el lunes a la Casa Blanca de hacer que los "regalos" fiscales a las empresas caigan en los hombros de la clase media, los niños y los trabajadores.

"Si los estadounidenses quieren una imagen que muestre para quien trabaja Trump, la combinación de la reforma impositiva y este presupuesto, es absolutamente clara", dijo Schumer en una declaración.

"Él está a favor de los ricos y poderosos a expensas de la clase media", añadió.

Este proyecto de ley deberá ser ahora tramitado por el Congreso, que más que probablemente matizará y reequilibrará las distintas partidas, pero supone una declaración de intenciones sobre las prioridades de la Casa Blanca precisamente en año electoral, con las elecciones legislativas parciales o 'midterm' a la vista.

La propuesta de presupuestos ha sido publicada este lunes después de que el viernes Trump firmase el acuerdo entre republicanos y demócratas que eleva el techo de gasto para 2018 y 2019 en unos 300.000 millones de dólares.