Yulia Skripal, que sufrió un ataque con gas nervioso el mes pasado en Reino Unido junto a su padre, el exespía ruso Sergei Skripal, ha afirmado este miércoles que no acepta por el momento los servicios de la Embajada de Rusia en el país.

En un comunicado publicado a través de Scotland Yard, Skripal ha indicado que su padre "sigue gravemente enfermo" y que ella "aún sufre los efectos del agente nervioso" usado en el ataque.

"Tengo acceso a amigos y familiares y se me han comunicado contactos de la Embajada rusa que se ha ofrecido amablemente para ayudarme en todo lo posible. Por el momento no deseo recibir sus servicios, pero si cambio de idea les contactaré", ha dicho.

Yulia Skripal ha manifestado que se siente "mejor con el paso del tiempo" si bien ha destacado que "aún no está lo suficientemente fuerte como para dar una entrevista a los medios". "Espero hacerlo", ha apuntado.

"Quiero recalcar que nadie habla por mí o por mi padre", ha argumentado, antes de dar las gracias a su prima Viktoria por su "preocupación" por su situación. "Pido que no me visite o intente contactarme por ahora. Sus opiniones y declaraciones no son las mías ni las de mi padre", ha remachado.

El Ministerio de Interior de Reino Unido anunció el 6 de abril que le había negado el visado a Viktoria, sobrina de Sergei Skripal, de modo que no podrá viajar al país europeo. Al parecer, Viktoria tenía la intención de viajar a Reino Unido para llevarse a la hija de Skripal de vuelta a Rusia.

Skripal y su hija fueron encontrados el pasado 4 de marzo inconscientes en un banco de las calles de Salisbury. Las autoridades británicas determinaron que habían sido envenenados con un agente nervioso de la era soviética y acusaron de ello a Rusia.

El Gobierno de Theresa May expulsó a 23 diplomáticos rusos y pidió a sus aliados internacionales que siguieran sus pasos. Un total de 28 países, la mayoría europeos pero también Estados Unidos, han declarado persona 'non grata' a más de 140 agentes rusos en sus respectivos territorios.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que había anunciado una "respuesta simétrica" a la expulsión masiva de sus agentes, ha negado cualquier responsabilidad en el ataque a los Skripal. Para Moscú, es "una grotesca provocación" de la Inteligencia británica y estadounidense.