El primer secretario del Partido Comunista de Cuba y ya expresidente Raúl Castro confió hoy en el "éxito absoluto" de su sucesor en el cargo, Miguel Díaz-CanelMiguel Díaz-Canel, por las "virtudes, experiencia y dedicación al trabajo" que ha mostrado desde los comienzos de su trayectoria política.

Castro, que cerró la histórica sesión en que quedaron designados el nuevo Consejo de Estado de la isla y su presidente, sostuvo que Díaz-Canel "ha sido el mejor" y desveló que fue "el único superviviente" de un grupo de jóvenes dirigentes a los que la cúpula cubana decidió preparar para que llegaran a ocupar altos cargos.

"No es un improvisado" y "su ascenso no ha sido fruto del azar ni del apresuramiento", refirió el general Castro, quien destacó la "solidez ideológica, sensibilidad política, compromiso y fidelidad hacia la Revolución" del nuevo presidente, que mañana cumple 58 años.

Explicó que "a diferencia de lo sucedido en el pasado en otros casos de jóvenes dirigentes, no cometimos el error de acelerar el proceso" de preparación de Díaz-Canel, quien pasó por distintos cargos del PCC y del Gobierno.

Son varios los ejemplos de prometedores dirigentes cubanos cuyo ascenso quedó truncado, supuestamente por mostrar una ambición o comportamiento inapropiados, entre ellos nombres como Roberto Robaina o Carlos Lage, quienes llegaron a ocupar altos cargos del Gobierno y el partido.

Con Díaz-Canel se buscó, agregó Castro, "el nivel de preparación integral que unido a sus cualidades personales le permitirán asumir con éxito la presidencia y, más tarde, la máxima responsabilidad en el Partido". "Hay que prestarle mas atención todavía a la preparación de los cuadros", insistió.

Reformas impulsadas

Por otra parte, Raúl Castro reconoció que, a pesar del "complejo" camino transitado desde la aprobación de las reformas económicas y sociales impulsadas durante su Gobierno, pensó que "a estas alturas" se habría "avanzado más" en su aplicación.

"Pensábamos que a estas alturas habríamos avanzado más, que ya tendríamos, si no resueltos los problemas, bien organizado todo, bien planificado y en proceso de ejecución, con diferentes grados de desarrollo", dijo Castro en el cierre de la sesión del Parlamento unicameral cubano que ratificó a su sucesor, Miguel Díaz-Canel.

El primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único) mencionó la actual dualidad monetaria y cambiaria del país como uno de los retos cuya terminación "continúa dando serios dolores de cabeza" al Gobierno, y manifestó la intención de la isla de continuar impulsando el sector privado.

Insistió en que no renuncian a la ampliación de la modalidad de "trabajo por cuenta propia", que "lejos de significar un proceso de privatización neoliberal de la propiedad social, permitirá al Estado desprenderse de la administración de actividades no estratégicas".

Agregó que proseguirán "el experimento de las cooperativas no agropecuarias", una de las modalidades de trabajo no estatal más extendidas.

"En ambas direcciones se han logrado resultados nada despreciables pero que pusieron en evidencia errores en su atención, control y seguimiento que favorecieron el surgimiento de no pocas manifestaciones de indisciplinas, evasión de obligaciones tributarias, en un país donde apenas se pagaban impuestos", señaló.

Estas "ilegalidades y violaciones de las normas en aras de un acelerado enriquecimiento personal", no fueron enfrentadas oportunamente, lo cual "conllevó a la necesidad de modificar varias regulaciones".

La reorganización del sector privado de la isla, que emplea a más de medio millón de cubanos, comenzó en agosto pasado con la aplicación de nuevas disposiciones, entre ellas la paralización temporal de la entrega de nuevas licencias, vigente hasta hoy.

El expresidente también mencionó las demoras en la "reforma salarial y de pensiones, así como la supresión de gratuidades indebidas y subsidios generalizados a productos y servicios, en lugar de a las personas sin otro sostén".

"Nunca nos hicimos ilusiones que sería un camino corto y fácil. Sabíamos que iniciábamos un proceso de enorme complejidad, que por su alcance abarcaba todos los elementos de la sociedad y requería vencer el obstáculo colosal de una mentalidad cimentada en décadas de paternalismo con secuelas significativas en el funcionamiento de la economía nacional", aseguró.

Castro también admitió atrasos en la reforma de la Constitución, cuyo proceso comenzará en julio próximo, durante la primera sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, Parlamento unicameral) según anunció en su discurso.

El veterano líder de 86 años atribuyó la demora y los errores "al ánimo de avanzar más rápido, que a la capacidad de hacer las cosas bien", lo que "dejó espacio a la improvisación" y la ingenuidad "sobre los riesgos asociados a la aplicación de varias medidas que además no tuvieron la conducción, control y seguimiento adecuados".

En su extensa alocución, Raúl Castro reiteró que este "proceso de cambio en el modelo económico y social, bajo cualquier circunstancia, no podría significar la aplicación de terapias de choque contra los mas necesitados, que por lo general son los que mas firmemente apoyan a la revolución socialista".

"Considero que hemos aprendido importantes lecciones de los errores cometidos en el periodo transcurrido y la experiencia acumulada nos permitirá continuar a paso más seguro y firme, con los pies y los oídos bien pegados a la tierra y así evitar retrocesos inconvenientes", enfatizó.

Ante las "actuales tensiones" financieras "no queda otra alternativa que planificar bien y con base segura. Ahorrar y suprimir todo gasto no imprescindible", indicó el exgobernante, que todavía quedará al mando del Partido Comunista hasta 2021 para ayudar a un transición "efectiva" en el país.

En referencia al difícil "periodo especial", la grave crisis en que quedó sumida la isla tras la retirada de los subsidios que recibía de la extinta Unión Soviética, aseguró que Cuba hoy no está "en una situación dramática".

"El escenario ahora es muy diferente, contamos con base sólida para que esas circunstancias no se repitan. Nuestra economía se ha diversificado algo y crece, pero el deber de los revolucionarios es prepararse para la peor de las variantes, no para la más cómoda", agregó.