A poco más de ocho meses para que acabe el plazo para negociar los términos del "brexit", la incertidumbre respecto a la futura relación entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido sigue siendo una de las constantes de las negociaciones entre Bruselas y Londres al cumplirse dos años del referéndum británico.

"Para mí, aún no está claro cuál es el plan del Reino Unido", dijo a Efe la directora en Bruselas del instituto Bertelsmann Stiftung, Stefani Weiss, quien advirtió de que a la hoja de ruta del Ejecutivo de Theresa May le falta "visión de futuro" sobre cómo será la vida en el país tras su salida de la UE.

Aunque estaba previsto que los líderes de los Veintisiete evaluaran en junio si la cuestión de la frontera en la isla de Irlanda tras el "brexit" se había resuelto, la última propuesta británica en este sentido para mantener a todo el Reino Unido en la unión aduanera temporalmente no cuenta con el visto bueno de Bruselas.

Por ello, y pese a que los equipos de ambas partes celebraron esta semana una ronda de contactos técnicos, el tiempo aprieta para llevar una propuesta a la que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete puedan dar luz verde en la cumbre de la próxima semana.

"Vamos a tener un verano caliente, con mucho debate sobre el 'brexit'", predijo el director del centro de estudios europeo Open Europe en Bruselas, Pieter Cleppe, quien en declaraciones a Efe apuntó a la frontera irlandesa como el principal escollo en los meses restantes de las negociaciones.

Por delante de capítulos como la competencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para vigilar que se cumplen los derechos de los ciudadanos europeos en territorio británico y viceversa, la búsqueda de una fórmula para evitar la llamada "frontera estricta" entre la República de Irlanda y el Reino Unido será el principal obstáculo para llegar a un consenso.

Weiss subrayó que el Gobierno de May aún no ha logrado presentar una propuesta "que encaje con la línea roja de la UE", que rechaza que Reino Unido pueda quedarse con algunos derechos y obligaciones derivados de la pertenencia a la UE y descartar otros.

Por su parte, Cleppe se mostró convencido de que ninguna de las dos partes quiere verse en el escenario de no haber llegado a un acuerdo, pese a las "declaraciones grandilocuentes y soluciones supuestamente intocables" de la Unión Europea.

"Las soluciones posibles están sobre la mesa y creo que hay un camino pragmático para salir de esta. Cualquier otra alternativa sería muy costosa", advirtió Cleppe, que sí abogó por una solución personalizada "a la suiza", con diferentes acuerdos parciales en torno a cada una de las cuatro libertades fundamentales de la UE que Bruselas rechaza disociar.

Así, Cleppe dijo que el Gobierno británico podría proponer una "cuota" de llegada de personas de otros países de la UE para no dar un portazo total a la libre circulación de trabajadores y así obtener acceso a otros aspectos de la libertad de movimiento de bienes que evitasen la frontera restrictiva en Irlanda.

El mantenimiento de la paz en la isla, uno de las motivaciones tras la propuesta de la Comisión para mantener únicamente a Irlanda del Norte en la unión aduanera y el mercado único, debe ser a través de un acuerdo "que satisfaga a ambos bandos", recordó Cleppe.

La directora del Bertelsmann Stiftung insistió además en que, aunque la frontera en Irlanda sea el mayor de los escollos para finalizar las negociaciones, hay una serie de capítulos más pequeños a los que no se puede dejar de prestar atención por las dificultades que pueden conllevar en los próximos meses.

La protección de datos, el alcance de la cooperación futura entre Londres y Bruselas, la participación británica en el desarrollo del sistema de navegación por satélite Galileo o el futuro del sector financiero estarán presentes en la agenda de negociadores europeos y británicos en la recta final de sus contactos antes de que se concluyan los dos años de negociaciones el 29 de marzo de 2019.