El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha asegurado que él es el "responsable" de lo sucedido en relación con la actuación de su guardaespaldas Alexandre Benalla durante el Día del Trabajador, cuando éste agredió a un manifestante y ha tildado el suceso de "traición".

"Si están buscando un responsable ese soy yo y sólo yo. Fui yo quien confió en él, así que la culpa es mía", ha manifestado el dirigente, que ha expresado que "lo que sucedió el 1 de mayo fue una traición" para él, según ha informado el diario local 'Le Monde'.

Macron había permanecido en silencio desde el fin de semana, cuando la Fiscalía de París, la capital gala, confirmó la apertura de una investigación contra el denominado "asesor de seguridad" del presidente por múltiples cargos, entre ellos el de agresión.

"Nadie en mi Gabinete se ha visto nunca por encima de las leyes de la República", ha asegurado el mandatario, que ha manifestado que, no obstante, Benalla "estuvo fuertemente comprometido con la campaña", por lo que su actitud supone ahora "una decepción y una traición".

El primer ministro del país, Edouard Philippe, ha defendido al Gobierno ante las críticas de la oposición, que han puesto sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo una moción de censura contra el presidente. "Un sólo incidente aislado llevado a cabo por un individuo no constituye un escándalo a nivel estatal", ha manifestado.

"Entiendo que haya preguntas sobre la posible proporcionalidad de las decisiones tomadas pero la rapidez de la decisión no es cuestionable", ha indicado en relación con la suspensión impuesta por el Elíseo contra Benalla. "No se ha ocultado nada ni se ha dejado nada fuera", ha añadido.

No considera que sea una traición

Alexandre Benalla, antiguo jefe de seguridad de Emmanuel Macron, "lamenta" su polémica actuación violenta contra unos manifestantes por las crisis política que le ha generado al presidente francés, pero no cree que le haya traicionado.

Laurent-Franck Liénard, abogado de Benalla, dijo en una entrevista a la emisora "France Info" que le parece "duro" que Macron hablara ayer de "traición" para calificar la intervención de su antiguo empleado contra unos manifestantes el 1 de mayo mientras estaba como simple observador de la policía.

El letrado reconoció que Benalla "lamenta haber actuado" así teniendo en cuenta las consecuencias que han venido después: "es un tsunami político y mediático que no tiene nada que ver con la realidad de los hechos", en primer lugar porque ninguno de los dos miembros de la pareja a los que agredió resultaron heridos.

Pero sobre todo, Liénard contó que si su cliente ese día "salió de su papel teórico de observador", eso tiene que ver con que es "un hombre de acción" y decidió actuar porque la escena de unos manifestantes que atacaban a los antidisturbios "superó lo admisible".