La inteligencia alemana ha comenzado a vigilar, por dudas sobre su constitucionalidad, a secciones del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), el partido que el sábado auspició una marcha contra la "multiculturalización" en Chemnitz, foco de tensiones de carácter xenófobo desde hace diez días.

La iniciativa del Estado alemán sobre un partido parlamentario -la AfD es la tercera fuerza del Bundestag- no tiene precedentes aunque de momento no implica el inicio de un hipotético y complejo proceso de ilegalización, algo sobre lo que en todo caso debería resolver el Tribunal Constitucional, si se presentase una querella del Ejecutivo o alguna de las cámaras del Legislativo.

Los ejecutivos de los estados federados de Bremen y Baja Sajonia anunciaron hoy que han autorizado a su inteligencia regional hacer seguimientos a la organización juvenil de AfD, lo que les permite vigilarlas como organizaciones (pese a que algunos de sus integrantes, como individuos, ya podrían estar siendo controlados).

El debate sobre la necesidad de que la inteligencia alemana supervise la actividad de AfD en su conjunto se reavivó este fin de semana, después de que el partido convocase una marcha en Chemnitz para recordar a las "víctimas" de la "multiculturalización" forzada de Alemania una semana después del mortal apuñalamiento de una persona en esa ciudad, supuestamente a manos de dos inmigrantes.

En la concentración, convocada junto a la xenófoba Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), se gritaron consignas como "Extranjeros fuera", "Nosotros somos el pueblo", "Libre, social, nacional" y "Prensa mentirosa", se profirieron insultos y se hicieron saludos nazis y gestos obscenos.

El Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes han abogado por que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), la inteligencia nacional interior, incluya a AfD en su conjunto como un organismo al que hay que seguir.

AfD emitió un comunicado, suscrito por todos los miembros de su dirección, en el que tachó de "absurda" esta pretensión y se reivindicó "democrático" y defensor de la constitución y del Estado de derecho. "A AfD se le mide con otra vara. En cuanto un extremista se acerca a nuestros actos, se llama a los servicios secretos", lamentaron.

Concierto contra el racismo en Chemnitz

Unas 10.000 personas asistieron hoy a un concierto contra el racismo en Chemnitz, la ciudad del este de Alemania donde la muerte de una persona -presuntamente acuchillado por dos inmigrantes- desató la semana pasada ataques xenófobos a viandantes y manifestaciones ultraderechistas.

Bajo el lema "Somos más" se reunieron para actuar de forma gratuita conocidos nombres de distintos estilos musicales, como los raperos Trettmann y Casper und Marteria, grupos de tecno como Kraftklub y las bandas de rock Die Toten Hosen y Feine Sahne Fischfilet.

"Vivimos distinto y pensamos distintos. Y eso está bien. Pero en algo estamos todos de acuerdo. No hay sitio para las cacerías de odio y para el racismo. Somos antifascistas y no vamos a dejarles ni esta ciudad ni ninguna otra de Alemania a los racistas y a los nazis. Somos más", dijo para abrir el acto una portavoz de la organización desde el escenario.

El concierto, al que han animado a ir distintos representantes políticos, empezando por el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, se celebró en el centro de la ciudad, cerca de donde el pasado sábado se celebró la marcha ultraderechista a la que se sumaron unas 6.000 personas.

La actuación no ha estado exenta de polémica porque el grupo Feine Sahne Fischfilet fue vigilado por los servicios secretos durante un tiempo debido a unas letras en las que abogaba por atacar a la policía.

En la madrugada del 26 de agosto un alemán de 35 años y origen cubano fue acuchillado durante las fiestas de Chemnitz. Poco después se arrestó a dos personas en relación a este asesinato, dos peticionarios de asilo de Siria e Irak, que permanecen en prisión preventiva.