El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha rechazado hoy soluciones militares para Venezuela y ha advertido de que mantener la presión internacional como única salida es una opción "estéril", si no se crean condiciones para facilitar el diálogo entre las partes.

Borrell, que ha comparecido hoy ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, ha defendido que la única vía que permitirá a Venezuela retornar a un escenario de respeto democrático es una solución "democrática, pacífica y negociada" entre los propios venezolanos.

Ha expresado así su "total rechazo" a las "más que insinuaciones" sobre una posible intervención militar del exterior o el fomento de un golpe de Estado en el interior y ha valorado la labor que está realizando "con la mejor de las voluntades" el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Según ha lamentado, se están escuchando "demasiados tambores de guerra" y, frente a la apuesta por "la aceleración del colapso" defendida por otros, ha insistido en que tanto el Gobierno español como el conjunto de la Unión Europea han "dejado claro" su posición a favor de una salida negociada.

El senador del PP Luis Aznar ha hablado, sin embargo, de "tibieza" del Gobierno respecto a Venezuela y ha asegurado que "la tibieza es mala y con ella se resuelven pocas cosas".

Aznar también ha advertido de que la acción de España en el país iberoamericano "se está viendo tremendamente perjudicada" por las actividades del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Y, aunque ha admitido que Rodríguez Zapatero podría estar actuando a título personal, ha recalcado que el Gobierno está obligado a darle como expresidente cobertura en la embajada y proporcionarle diversos medios que dan a su actuación "tintes" de oficialidad.

En respuesta a Aznar, el titular de Exteriores ha explicado que Rodríguez Zapatero, al igual que cualquier otro expresidente, es recibido en la embajada "con la deferencia que merece su cargo".Problemas de los pensionistas venezolanos

Ha asegurado, no obstante, que el Gobierno "no se siente representado ni involucrado ni partícipe" de las gestiones de los expresidentes en Venezuela, ni de Rodríguez Zapatero ni de Felipe González, pero sí los defiende cuando son atacados injustamente.

Sobre los problemas de los pensionistas venezolanos que viven en España y que tienen sus pensiones contributivas bloqueadas, ha señalado que el Gobierno español no puede sustituir al venezolano y que lo único que puede hacer es presionarle para que haga frente sus obligaciones. "No podemos hacer más de lo que estamos haciendo", ha insistido.

También ha admitido problemas con el canje de los carnés de conducir, ya que la directiva comunitaria no admite el formato en pdf que expide Venezuela y, por tanto, España no puede canjearlos "alegremente".