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Westminster tiene en sus manos el futuro de May y del 'brexit'

El Parlamento británico vota este martes el «plan B» de la primera ministra para la salida de la UE - La cuestión de la frontera irlandesa y la posibilidad de un nuevo referéndum marcan la cita

Westminster tiene en sus manos el futuro de May y del 'brexit'

Los antiguos cartógrafos romanos, que se afanaban en mostrar en sus mapas el mundo conocido sobre el que regían los césares, indicaban las tierras ignotas con la frase hic sunt leones -aquí hay leones-, una expresión que ha quedado para hacer referencia al territorio de lo desconocido. En estos momentos, esta frase bien puede aplicarse al brexit. El Parlamento británico tiene una cita con la historia este martes para votar sobre el «plan B» de la primera ministra conservadora, Theresa May, para llevar a a cabo el divorcio con la UE.

En los últimos días, desde las más altas instituciones europeas se ha mandado el mensaje inequívoco de que para Bruselas, aquello que ha de regir cómo saldrá el Reino Unido del bloque fue lo que se pactó entre Londres y los 27 el pasado noviembre, precisamente el acuerdo que el Parlamento de Westminster tumbó el pasado 15 de enero, en lo que fue una humillante derrota para May.

Por ello la premier se vio obligada a presentar un plan alternativo...que se parece mucho al original. En su nueva hoja de ruta rechaza un segundo referéndum, una unión aduanera y una prórroga del plazo de salida -el 29 de marzo-. Su idea, seguir negociando con los euroescépticos de su partido, los unionistas norirlandeses del DUP y la UE sobre la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda -verdadero nudo gordiano del brexit-, para ver si Bruselas cede de una vez por todas.

Los diputados críticos de su partido quieren que se elimine o se limite el mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar dicha frontera en Irlanda del Norte, que, en su opinión, puede dejar al Reino Unido integrado en las estructuras comerciales europeas durante años.

Pero el tiempo corre, implacable, y el riesgo de una salida sin acuerdo aparece con cada vez mayor nitidez en el horizonte, habida cuenta de lo enquistado que está el debate en Reino Unido, con camarillas de diputados conservadores conspirando para hacer caer a May y parte de los laboristas presionando por un nuevo referéndum que, según dicen las últimas encuestas, ganarían los partidarios de la permanencia en el club comunitario. Ni siquiera está claro que se apruebe una iniciativa parlamentaria que exija a May evitar una salida en caso de no lograr un acuerdo con Bruselas.

Suenan las alarmas

Las alarmas han comenzado a sonar. El Gobierno español ha lanzado una página web para informar a los empresarios de cómo encarar el futuro, alentando a hacer planes de contingencia, al tiempo que el ministro de Agricultura, Luis Planas, advertía la semana pasada de que un brexit desordenado implicará la inmediata salida de los barcos españoles en aguas británicas.

En Holanda se están convocando concursos para cubrir miles de empleos de aduaneros. El Ejecutivo galo ha anunciado un plan de 50 millones de euros para contratar a 600 funcionarios en puertos y aeropuertos.

Mientras, los británicos hace tiempo que están acaparando medicamentos por temor a un posible desabastecimiento, también los hospitales los están acumulando. La incertidumbre está haciendo mella en el sector empresarial británico. El gigante aeroespacial Airbus ha sido la última firma en sumarse al goteo de empresas como Sony o Dyson que se plantean abandonar el país.

Con o sin acuerdo, el divorcio perjudicará a la economía de Reino Unido. En el mejor de los casos, admite Downing Street, la economía puede caer al menos un 3,9 % en 15 años, siempre que sea una salida consensuada, mientras que si es abrupta, la caída puede alcanzar el 9 %. Para ese supuesto, el mismo y venerable Banco de Inglatera calcula que la caída del PIB puede llegar al 8 % de aquí a 2023.

Este martes, el mundo observará qué vota la Cámara de los Comunes y tanto Reino Unido como la UE sabrán si transitan por un entorno más o menos calculado o si por el contrario, se adentran en el territorio de los leones.

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