El cambio climático, negado constantemente por líderes mundiales de la responsabilidad del presidente de EE UU, Donald Trump, ofrece de forma recurrente estampas para convencer a las mentes más obtusas. La última se ha producido en los últimos días, concretamente, en Nueva Zembla, un archipiélago situado en la región ártica de Rusia y habitado por apenas 3.000 personas.

Los vecinos han visto con asombro y preocupación la llegada desde hace unas semanas de una «invasión» de medio centenar de osos polares en actitud agresiva. Desde hace 35 años no veían nada igual en la zona.

«Atacan a la gente y penetran en los edificios de vivienda y de servicios. Entre seis y diez osos están permanentemente en el territorio del pueblo», asegura el funcionario Alexandre Minaiev.

Es el calentamiento del planeta y el consiguiente deshielo del ártico lo que empuja a estas especies a alejarse de su entorno en busca de alimento.