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Juicio contra Pablo Ibar

El futuro de Pablo Ibar: pena de muerte o cadena perpetua

"Vamos a sacarle de allí a base de determinación", advierte Andrés Krakenberger, presidente de la asociación en su defensa

La esperanza sigue acompañando a Pablo Ibar (Fort Lauderdale, 1972) y a su familia después de 6 años entre rejas y 19 en el corredor. "Vamos a sacarle de allí a base de determinación", advierte contundente Andrés Krakenberger, presidente de la Asociación contra la Pena de Muerte de Pablo Ibar, que lejos de tirar la toalla prosiguen recaudando fondos para costear los gastos de representación y defensa del sobrino de José Manuel Ibar 'Urtain', el histórico boxeador vasco.

A pesar de las "insuficientes" pruebas presentadas en el juicio, el pasado 19 de enero el jurado popular le declaraba culpable del asesinato de Casimir Sucharski, propietario de un local nocturno, y de dos bailarinas que actuaban en su local, Sharon Anderson y Marie Rogers, cometido el 26 de junio de 1994 en Florida. Ahora, la segunda fase del juicio, cuya fecha ha sido pospuesta al próximo 15 de mayo, determinará de forma crucial el futuro de Ibar, puesto que el jurado deberá sentenciarlo a cadena perpetua o a pena de muerte.

La incertidumbre se ha convertido en una constante a lo largo de este largo proceso. Vistos los antecedentes, Krakenberg no muestra optimismo ni pesimismo, porque "en estos casi veinte años de apelaciones, bastantes chascos nos hemos llevado y hemos aprendido que aquí lo que vale es la determinación", destaca. En este sentido, "los abogados de la defensa han perfilado una estrategia ante el fallo de culpabilidad, pero el recorrido de estas apelaciones dependerá de la sentencia final", anuncia.

La cadena perpetua puede establecerse también si los doce miembros del jurado no acuerdan de forma unánime la pena de muerte

Mientras que para establecer la cadena perpetua no se precisa unanimidad por parte de los doce miembros del jurado, sí lo es para determinar la pena de muerte -solicitada por el ministerio público. En el caso de que no se obtuviese dicha unanimidad, la condena final sería de cadena perpetua. Eso sí, tras la resolución del jurado, el magistrado tiene potestad para reducir la pena de muerte a cadena perpetua, pero en ningún caso podría modificar la decisión del tribunal popular si éste optase por la perpetua.

Pablo Ibar escucha la sentencia del jurado popular declarándole culpable del triple asesinato.EFE

Si finalmente fuese condenado a pena de muerte, los abogados de la defensa, Benjamin Waxman y Joe Nascimento, interpondrán un recurso al Tribunal Supremo de Florida y si en cambio es a cadena perpetua, el recurso será presentado ante el Tribunal del Circuito Local correspondiente al Condado de Broward, en Florida, detalla el portavoz de la asociación.

El objetivo es lograr la perpetua, ante todo para que Ibar no cargue con el peso de estar condenado a muerte hasta que se resuelva el recurso, que podría tardar seis años más. En su opinión, hay "sobrados fundamentos" para apelar y le resulta "inconcebible" que el jurado lo declarara culpable.

En los próximos días, el juez del Tribunal de Broward County, decidirá sobre las mociones presentadas por la defensa contra la pena de muerte, en las que califican esta condena de "cruel, inhumana y degradante" y pretenden abrir un cambio legislativo que prohíba la pena capital en el Estado de Florida.

-¿Queda algún mínimo resquicio para anular el juicio?

-Sí. Es un recurso que existe y se presenta de forma automática, casi se toma como un trámite más, pero lo cierto es que casi nunca da resultado.

-¿Cómo han recibido el fallo de culpable?

-Por supuesto no entendemos este veredicto, porque el jurado ha visto cómo había testigos que han admitido que mentían o que habían cobrado por prestar testimonio, peritos de la fiscalía que respondían que no podían hacer una identificación científica de nadie con ese vídeo presentado como prueba, o incluso a la analista del laboratorio que hizo la última prueba de ADN de la camiseta donde se encuentra esa pequeña mancha del ADN de Pablo, asegurando que recibió esta prenda dentro de un sobre medio abierto, dando a entender que hubo contaminación en esta muestra.

"El jurado se dejó convencer por el fiscal, que hizo una apelación a que juzgaran con las vísceras y no con la cabeza", denuncia Andrés Krakenberger, de la Asociación contra la Pena de Muerte de Pablo Ibar

-¿Entonces no se esperaban este veredicto?

-No porque en este tercer juicio la fiscalía ha vuelto a presentar pruebas escasas y débiles, no ha presentado absolutamente nada nuevo. El jurado, básicamente, se dejó convencer por el fiscal, que en su alegato final hizo una apelación a que juzgaran con las vísceras y no con la cabeza. Incluso llegó a decir "no dejen salir a este asesino". Fue muy hábil, les enseñó el vídeo de los perpetradores de ese asesinato recreándose en los detalles más salvajes.

-¿Han podido demostrar las presuntas irregularidades cometidas en el proceso de deliberación del jurado popular?

-No sabemos lo que pasó, porque las deliberaciones del jurado son secretas, pero creemos que inicialmente hubo discrepancias de opinión, porque si no, no habrían tardado los días que tardaron en decidir. Además, un jurado, identificado como Collins, publicó a través de una red social que había recibido presiones y el juez Bailey ha decidido apartarlo del jurado y un suplente ocupará su lugar en la segunda fase del juicio.

Su mujer, Tanya Ibar, con uno de los abogados, Joe Nascimento.EFE

Caminos separados

La mala suerte se ha ido cebado con Pablo Ibar desde que fue arrestado con 22 años, en 1994, junto con su amigo Seth Peñalver, por un delito relacionado con el trapicheo de drogas. Al llegar a la cárcel le relacionaron con el triple asesinato del que ha sido acusado únicamente por un supuesto parecido físico con uno de los autores que aparece en un vídeo de la escena del crimen.

En el segundo juicio, no obstante, Seth Peñalver y Pablo Ibar fueron separados a pesar de estar incriminados en el mismo caso. El abogado de Pablo Ibar había sido detenido por agresión machista, lo que obligó a suspender el juicio. "Corría el año 2000 y el tribunal tenía una fuerte presión mediática, por lo que decidió separar estas piezas y seguir con Seth mientras el abogado de Pablo arreglaba su situación para poder volver a representarle en el juicio", rememora Krakenberger, que cuenta la sorpresa que se llevó Pablo al encontrarse a su letrado en la cárcel.

En su segundo juicio, Pablo Ibar fue condenado a muerte. Seth Peñalver, en su vista, también había corrido la misma suerte, pero mientras que en 2006, el Tribunal Supremo de Florida dictaminó en su caso que había que anularle la condena de muerte y repetir su juicio por multitud de irregularidades, en el caso de Pablo Ibar, apenas dos semanas después, confirmó su condena de muerte. Según la opinión del portavoz de esta asociación, el problema estuvo en su abogado. "Fue una defensa totalmente ineficaz. Manifiestamente fue un desastre y por eso fue condenado a muerte Pablo", lamenta Krakenberger.

Cándido Ibar, el padre de Pablo, es hermano del boxeador Urtain.EFE

La situación era tan evidente que "ni siquiera cuestionó las pruebas del juicio en el que Pablo fue condenado a muerte porque en ese momento estaba aquejado de una fuerte dolencia hepática. Tenía una cirrosis de la que luego se moriría más adelante y estaba que no se tenía en pie", critica el portavoz de esta asociación. Tal es así que incluso un peritaje de reconocimiento facial que había encargado para demostrar la inocencia de su defendido se quedó en su cajón.

Una de las cosas más llamativas en esta última vista, no obstante, ha sido que el juez no les ha permitido decir siquiera que su compañero Seth Peñalver había sido exculpado, advierte. Para este tercer juicio han contado con cuatro abogados de prestigio y multitud de pruebas periciales. "Todo esto se llama un millón trescientos mil dólares, de los cuales hemos podido sufragar hasta el presente el 84% gracias a un crowdfunding que hemos puesto en marcha desde la asociación", agradece Krakenberger.

La única tabla de salvación para Pablo Ibar sería encontrar a los verdaderos autores del crimen. "Es el Estado quien tiene que esclarecer ese asesinato. Sabe perfectamente que hay ADN, mucho más consistente que el de Pablo, perteneciente a dos sujetos masculinos no identificados. En todos estos años, que nosotros sepamos, no han levantado un dedo por saber quiénes son y hay otras líneas de investigación que no han querido seguir", concluye el portavoz de la asociación.

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