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Rescate en el Mediterráneo

A bordo del Open Arms: "El derecho a migrar es algo legítimo"

La jefa de misión de esta organización, Anabel Montes, narra el estado de los 121 migrantes a bordo del barco, que lleva ya seis días en medio del Mediterráneo ante la negativa de desembarcar en Malta e Italia

Anabel Montes es jefa de misión en Open Arms. Open Arms

Se cumplen ya seis días de desesperante espera en medio del Mediterráneo. El agua se mantiene en calma, ajena a la tormenta política que ha hecho naufragar una vez más los convenios internacionales de salvamento marítimo. Los últimos 121 migrantes rescatados por el barco de Open Arms siguen flotando sin rumbo a ninguna parte, con el deseo de pisar tierra firme para iniciar otra travesía, más dura aún si cabe, hacia una nueva vida.

Anabel Montes, jefa de misión de Open Arms, nos atiende al otro lado de la línea de telecomunicaciones marítimas, con el deseo de dar a conocer el estado de la tripulación y solicitar la intermediación del Gobierno de España ante la Unión Europea para que recuerde a Malta e Italia, los dos puertos más próximos, que deben cumplir con la obligación de prestar auxilio.

-Ante la negativa de Malta e Italia, las comunidades españolas de Valencia y Cataluña se han ofrecido para el desembarco y ya hay otras regiones, como Extremadura o País Vasco, que han mostrado su intención de acoger a parte de estos migrantes, ¿puede ser España un plan B?

-No, de momento seguimos esperando cualquier signo de comunicación por parte de Malta e Italia porque en el lugar donde hemos hecho el rescate, la responsabilidad competente es de estos países y es a ellos a quienes les corresponde darnos este lugar de desembarco. Ahora bien, ante el silencio o negativa de los mismos, quien tiene que intermediar es el Estado correspondiente a nuestra bandera, que es España, para que desembarquemos en Italia o Malta. Es su zona de competencia y deben ser responsables hasta el último minuto.

Obviamente, agradecemos el gesto de estas regiones, pues es una muestra de apoyo civil que refleja que somos una sociedad solidaria. Lo apreciamos, pero realmente, a nivel legal, debe seguirse el procedimiento.

-Sin embargo, el Gobierno italiano sí ha accedido a evacuar a dos mujeres en avanzado estado de gestación y a la hermana de una de ellas.

-Sí porque no se pueden negar, de ninguna manera, cuando la vida de una persona corre peligro y deben realizar una evacuación médica. Si se negasen sería una excepción gravísima y al sobrepasar esos límites podrían ser penados.

La ley 'anti ONG' impulsada por Salvini en Italia sanciona el rescate de migrantes.Open Arms

-El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, afirma que no se trata de una cuestión "voluntarista" por parte de España, sino de un asunto "político" de la Comisión Europea. ¿Debe ser entonces este organismo quien vele por la normativa de salvamento internacional?

- Efectivamente. Debe ser esa comisión la que recuerde que los acuerdos internacionales firmados deben ser cumplidos, independientemente de la intermediación que debe realizar España, que además debería aumentar también el flujo de gente que llega a nuestro país y deslegitimar esas actitudes de quebrantamiento de la ley llevadas a cabo desde Italia y Malta.

-La nueva ley de Mateo Salvini, conocida como 'anti ONG', ha sido aprobada en el senado italiano, lo que viene a dificultar aún más vuestro trabajo. ¿Os sorprende?

-Desde luego, consideramos que es una aberración, pero no nos ha sorprendido que se haya aprobado este decreto ley porque viendo la tónica de la política italiana desde que llegó Mateo Salvini en 2018, era algo que veíamos que iba a pasar. Cronológicamente se ha visto cómo se ha ido endureciendo y radicalizando el discurso político italiano.

"Tenemos una obligación moral y humana que es la que nos impide dejar este trabajo mientras haya vidas en peligro"

-Este decreto contempla multas de entre 50.000 y un millón de euros, además de requisamiento del navío si es reincidente. Desde Open Arms, ¿vais a seguir adelante, con sanciones o sin ellas?

-Llevamos trabajando desde 2015 por la obligación legal que tenemos pero es que trabajar bajo la legalidad, que es como nosotros trabajamos, podemos seguir trabajando. Si no hubiéramos trabajado de acuerdo a la ley, el barco no seguiría navegando, está claro. Y además tenemos una obligación moral y humana que es la que nos impide dejar este trabajo mientras haya vidas en peligro.

-La semana pasada era liberada Carola Rackete, la capitana del barco de la ONG alemana Sea Watch, ¿cómo han recibido esta noticia?

-Hemos seguido el caso muy de cerca y nos alegramos profundamente de que haya sido liberada y de que todas las personas que iban a bordo estén en puerto seguro, que es donde tienen que estar. Después de tantos días a bordo del Sea Watch, sin puerto donde desembarcar, la primera capitana de barco tomó esa decisión por estado de necesidad y su caso es algo que también se veía que podía pasarnos a cualquiera de las organizaciones que nos dedicamos a esto.

Open Arms lleva realizando rescates desde el año 2015.Europa Press

Nosotros, por el momento, no tenemos intención de realizar esa misma operación, teniendo en cuenta además que la situación se ha endurecido y ha cambiado todavía más desde entonces, pero apoyamos siempre todo lo que hagan nuestros compañeros de Sea Watch.

-En tu caso también tienes abierta una investigación por presunto tráfico de personas. ¿Temes que siga adelante o la liberación de Rackete te da esperanzas?

-De momento sigue ahí, las acusaciones siguen en pie y el proceso está siendo lento, porque lo están alargando al máximo para que siempre esté ahí y haya algo de qué hablar. Sabemos que se trata de una manipulación social estratégica y veremos cómo se desarrolla, pero estamos bastante tranquilos y seguimos haciendo el mismo trabajo.

"Si quienes nos acusan de tráfico ilegal de personas vinieran a bordo del barco cambiarían de opinión radicalmente"

-¿Qué les dirías a quienes os acusan de alimentar a las mafias de tráfico ilegal de personas?

-La gente, por determinadas opiniones personales o ideologías, están creyendo todas esas argumentaciones simplemente porque es algo que les conviene y va de la mano con su ideología, pero realmente no es cierto y yo estoy segura que si toda esa gente viniera a bordo del barco y viera todo lo que nosotros tenemos que ver cambiarían de opinión radicalmente. A menudo escuchamos estas argumentaciones y nos damos cuenta de que hay mucha ignorancia acerca de nuestro trabajo.

-¿Qué solución planteáis desde vuestra propia experiencia para frenar las muertes en aguas del Mediterráneo?

-Es una situación que viene desde muchísimos años atrás y que con el paso del tiempo y determinadas actitudes políticas, sociales y económicas ha generado la situación que tenemos ahora. Hay que tener en cuenta que el derecho a migrar es algo totalmente legítimo, de la misma manera que nosotros lo tenemos por ser occidentales. Independientemente de eso, hay que hablar de la inmigración en un tono muy amplio. No se puede generalizar, puesto que hay personas que huyen por peligro de su vida, por dictaduras, guerras, por orientación sexual, por violencia de género, ablación genital femenina... son muchísimas las razones por las cuales esta gente sale de sus países.

Imagen de otro rescate realizado por Open Arms.AFP

-¿Crees que se debiera hacer hincapié en trabajar en origen?

-En determinados países sí se puede trabajar en origen, pero esto no quiere decir, ni mucho menos, que la solución sea frenar que salgan al mar. Deberían existir los cordones humanitarios, para que la gente no deba arriesgar su vida en el mar y después, ya en tierra segura, donde su vida no corra peligro, tendrá que llevarse a cabo obviamente esa redistribución porcentual que se ha hecho en todos los países de la Unión Europea, que es muy mínima y que ni siquiera se ha alcanzado en muchos países, y también se podrán hacer todos los trámites administrativos que esos países crean necesarios en pos de llegar a una resolución sobre cada persona a nivel individual, pero de ninguna manera se les puede frenar en Libia, por ejemplo, que es un país oficialmente en guerra y donde las torturas y la vulneración de los derechos humanos es un diario constante y tampoco podemos dejar que arriesguen su vida a la deriva en el mar sin nadie que les rescate. Creo que hay bastante trabajo por hacer.

"Se ha normalizado tanto la visión de estas situaciones que ya no se le da la misma importancia"

-A bordo de este barco hemos conocido aterradoras historias como la de la mujer, torturada y violada en Libia, con sus dos mellizos etíopes de nueve meses... ¿crees sin embargo que la opinión pública se ha inmunizado ante la dureza de esta realidad?

-Sí, exactamente. Cuando salió la imagen del niño del Alan Kurdi muerto en las costas de Turquía dio la vuelta completa al mundo y todos se escandalizaron, con razón, por supuesto. Lo que pasa es que ahora podemos hablar de veinte 'Alans' al día, por decir una cifra. Se ha normalizado tanto la visión de estas situaciones que ya no se le da la misma importancia, aunque la tenga de la misma manera.

Tenemos historias a bordo como las de esa mujer y sus dos mellizos, o las de cada una de las mujeres, que han sido violadas en este viaje, igual que ocurrió en el anterior y el anterior y en todos a los que no vamos a llegar también. No sé si es por el llamado efecto por exceso, que por el exceso de información al final te anestesias, o por el enfoque que se le da a las noticias, pero sí que estamos viendo que se está normalizando una situación que no es normal.

Los rescates en el Mediterráneo son cada vez más frecuentes.Europa Press

-Y por último, lo más importante, ¿cómo se encuentran estas 121 personas, 32 de ellas menores, tras seis días a la deriva? ¿Siguen manteniendo la esperanza de llegar a tierra firme?

-Ahora mismo están más o menos estables teniendo en cuenta las circunstancias en las que nos encontramos, pero sí que es cierto que cuanto más pasa el tiempo hay mayores probabilidades de que se agrave el cansancio, se produzcan ataques de ansiedad, estrés postraumático... Llevamos ya seis días aquí, estamos en navegación lenta, casi parados, y ver la tierra cerca alivia mucho, pero por otro lado, a nivel psicológico es muy difícil de sobrellevar.

Nos preocupamos no sólo de las necesidades físicas de comida y agua, sino también de que a nivel psíquico estén acompañados y reforzados, pero no podemos seguir así. A nivel humano no se puede permitir que esta gente esté aquí mucho tiempo más, sobre todo sabiendo que cuando lleguen a tierra esto no habrá acabado, sino que todavía les queda otro largo camino por delante.

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