El alto tribunal de la ONU escuchó este miércoles cómo la premio Nobel de la Paz y líder de Myanmar (antigua Birmania), Aung San Suu Kyi, defendió la actuación del Ejército de su país contra la minoría musulmana rohinyá a pesar de las acusaciones de genocidio.

Suu Kyi compareció con un sobrio discurso ante los 17 jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) durante casi media hora y aseguró que la exposición del día anterior presentada por Gambia, el país denunciante, era "engañosa e incompleta".

Según Gambia, Myanmar ha violado la Convención contra el Genocidio debido a las "operaciones de limpieza" que el Ejército ha desplegado en el país, especialmente en el estado de Rakáin (oeste).

La principal evidencia presentada por el país africano fue un informe de la comisión de investigación de la ONU sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en Myanmar, en el que se dijo que hubo elementos de "genocidio intencional" en la actuación de las Fuerzas Armadas birmanas, lo que provocó la muerte de miles de rohinyás y la huida de más de 700.000 a Bangladés.

La vista oral de este miércoles se reservó para la respuesta de Myanmar y Suu Kyi la dividió en varias partes. En primer lugar, dijo que la actuación del Ejército en Rakáin, en 2017, responde a "un conflicto interno armado" contra grupos rebeldes, entre ellos el Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán.

Suu Kyi describió ataques a los que han hecho frente varias comisarías de policía, que tuvieron como objetivo a miles de agentes.

En tal sentido explicó que el término "operaciones de limpieza", utilizado por las Fuerzas Armadas para las actuaciones de respuesta en Rakáin, "ha sido distorsionado", porque "en la lengua de Myanmar" significa "liberación de localidades" y se llevaron a cabo para "buscar terroristas".

Reconoció como cierta la posibilidad de que los militares hayan cometido abusos, pero añadió inmediatamente que "se han implementado medidas de seguridad en la zona de conflicto".

Por otro lado, aseguró que la Justicia internacional no debe intervenir porque Myanmar ya ha puesto en marcha tribunales que juzgan las actuaciones más polémicas del Ejército.

"Si los militares han cometido delitos, serán procesados por la Justicia militar, tal y como dice la Constitución de Myanmar", aseguró.

"¿Cómo puede haber un intento de genocidio si estas medidas se han puesto en marcha en Rakáin?", se preguntó en voz alta ante los jueces.

Otro de los argumentos presentados por Myanmar es que el número de rohinyás muertos en el conflicto, unos 10.000 según los datos disponibles, no sería suficiente para probar un crimen tan grave como el de genocidio.

Minutos antes de las vistas orales se vivieron escenas de tensión frente a la CIJ debido a la coincidencia de una concentración a favor de Suu Kyi y otra en contra.

La primera la formaban unos cien birmanos, que acudieron con banderas nacionales y retratos de Suu Kyi. "Creemos en ella. En Myanmar no existe una dictadura, sino un gobierno elegido por las urnas", dijo a Efe Htain Lin, un birmano residente en Suiza.

Al otro lado, un grupo más pequeño formado por dos decenas de rohinyás llevaron unas camisetas en las que se decía "Nos levantamos por la Justicia" y gritaron consignas contra la líder birmana.

Los únicos actores que tienen derecho a participar en los procesos de la CIJ son los Estados, por lo que los rohinyás no han podido intervenir en las vistas orales.

No obstante, miembros de esta minoría musulmana organizaron este miércoles un acto en La Haya en el que lamentaron la intervención de Suu Kyi ante el tribunal.

"Me preparé a mí misma para las mentiras, la humillación y el blanqueo del genocidio (...) ¿Pero cuántas vidas son necesarias para probar el genocidio? ¿Nos quieren matar a todos?", dijo una víctima, Yasmin Ullah, ante unas 100 personas.

Este jueves se celebrará otra vista oral en la que intervendrá tanto el país denunciante, Gambia, como el denunciado, Myanmar.

Los magistrados anunciarán en las próximas semanas si aceptan total o parcialmente las medidas cautelares solicitadas por Gambia, ya que el juicio por el fondo del asunto podría alargarse durante los próximos años.