El Parlamento de Escocia aprobó este miércoles una moción que insta al Gobierno británico a permitir la convocatoria de un segundo referéndum de independencia, al reconocer que ha habido "un cambio material en las circunstancias desde 2014", cuando la mayoría de escoceses votó en contra de la separación.

El texto pide al Ejecutivo del conservador Boris Johnson, quien ya ha expresado su negativa, que alcance "un acuerdo con el Gobierno escocés" para negociar un plebiscito cuya fecha y organización recaería en la cámara regional y que el gabinete autónomo propone para finales de este año.

La moción, aprobada con los votos del Partido Nacionalista Escocés (SNP) que gobierna la región, y Los Verdes, tiene un valor simbólico, pero redobla el pulso con Londres a tan solo dos días de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE).

Sturgeon dice que tiene un "claro mandato"

Por su parte, la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, afirmó que su gobierno cuenta con un "claro mandato" ganado en "tres sucesivas elecciones" para impulsar un segundo referéndum de independencia.

Durante el discurso de apertura del debate 'El futuro de Escocia', una moción que Sturgeon presentó en su nombre, la jefa del Ejecutivo regional dijo que el texto da a los parlamentarios "la oportunidad de respaldar un principio democrático fundamental: que este país tiene derecho a elegir su propio futuro".

En tan solo dos días, el Reino Unido abandonará la UE en contra del deseo del 62% de los escoceses, lo que, para Sturgeon, supone un "cambio significativo" respecto a la situación de 2014, cuando la región celebró un plebiscito sobre la independencia, en que el 55% rechazó la separación.

"Esta semana, Escocia será expulsada de Europa contra su voluntad y sin su consentimiento, un hecho que marca un cambio significativo y material en las circunstancias desde 2014", señaló, y agregó que solo convirtiéndose en un Estado propio, Escocia podrá unirse a "la familia europea de naciones como un país igual e independiente".

Agregó que, en las negociaciones entre el Gobierno británico y los líderes de la UE, las "opiniones" del Parlamento escocés han sido "ignoradas", algo que pronosticó que se repetirá cuando comiencen las conversaciones sobre la futura relación comercial, una vez el país abandone el bloque comunitario el 31 de enero.