Los alrededor de treinta rehenes que permanecieron este lunes secuestrados durante nueve horas en un centro comercial de Manila fueron liberados, según pudo constatar un equipo de las Agencias Efe y Epa.

El asaltante, un exvigilante de seguridad del centro comercial Greenhills, salió por su propio pie del edificio, junto con los rehenes, y se entregó a la policía, que procedió a su arresto sin violencia.

El secuestrador, identificado como Archie Paray, accedió a dejar la pistola y la granada que llevaba dentro del edificio, tal y como acordó con las autoridades después de una larga negociación. El hombre de 32 años, que buscaba justicia tras ser despedido, irrumpió este lunes en el recinto armado con una pistola y una granada, e hirió a una persona en un tiroteo inicial.

El herido, un excompañero del asaltante, fue inmediatamente trasladado al hospital General Santos de Manila, donde "se recupera favorablemente", confirmó Francis Zamora, alcalde de San Juan, ciudad de Manila donde se ubica Greenhills.

Durante el secuestro, Paray solicitó hablar en varias ocasiones mediante videoconferencia con la prensa, denunció "corrupción" dentro de la empresa de seguridad que lo contrató y se quejó de su despido "injusto" y de otros cuatro compañeros. Paray confesó que el asalto al centro comercial y el secuestro de rehenes en las oficinas de administración del recinto -la mayoría trabajadores de los puestos de venta- fue un "acto premeditado".

El exvigilante asaltó el recinto alrededor de las 11.00 hora local (3.00 GMT) y se atrincheró en las oficinas de la segunda planta, por lo que la policía pudo desalojar el resto del edificio y cercar la zona.

Todos los accesos estaban custodiados por varios policías, mientras que decenas de agentes de las fuerzas especiales SWAT accedieron el edificio fuertemente armados para controlar la situación.

La Administración del Centro Greenhills indicó en un comunicado que el sospechoso era un exguarda contratado mediante la empresa de seguridad Safeguard Armor Security Corporation (SASCOR), que fue despedido después de ausentarse del trabajo sin permiso durante dos semanas.

Según Paray, fue relevado de su puesto como vigilante en una de las puertas sin previo aviso ni motivo, algo que los responsables de la empresa justificaron como una "rotación operativa". Seis superiores del asaltante -jefes de seguridad de Greenhills y de SASCOR-, ofrecieron una improvisada rueda de prensa antes de la liberación de los rehenes, en la que se disculparon con Paray e incluso algunos de ellos ofrecieron su dimisión.

Ninguno de los aludidos aclararon en la rueda de prensa, que fue seguida en directo por videollamada por el asaltante, los motivos por los que ofrecían su renuncia ni por qué se disculpaban con Paray.