La evolución de la pandemia preocupa a los gobiernos de los principales países de Europa, que han impuesto nuevas restricciones para intentar controlar los rebrotes que se están registrando este mes de agosto. Obligatoriedad de las mascarillas e imposición de pruebas PCR y cuarentenas a los viajeros provenientes de zonas con especial incidencia del covid-19 están entre las principales medidas.

Francia: Mascarillas obligatorias y reuniones públicas limitadas

Fuerte aumento de la incidencia (+42%), multiplicación del número de focos de contagio y larga circulación del virus fuera de los grupos identificados. Este es el panorama descrito por la Agencia Nacional de Salud Pública de Francia en su último informe sobre la evolución de la pandemia. Tras un fin de semana marcado por más de 6.000 nuevos positivos en 48 horas -un aumento sin precedentes desde el pasado mes de mayo-, la tendencia al alza continúa: ayer se confirmaron 2.238 nuevos casos, frente a los 493 del lunes, y 22 fallecidos (19, el día antes), según la Agencia de Salud Pública.

Francia registra así más de 221.000 casos confirmados y más de 30.400 fallecidos por covid-19 desde el inicio de la pandemia. El pasado viernes, París y Marsella fueron decretadas "zonas rojas". En ambas ciudades el número de casos confirmados asciende a 50 por cada 100.000 habitantes, según las estimaciones de la Agencia Nacional de Salud Pública, es decir: el virus circula activamente. La etiqueta "zona roja" permite a los prefectos imponer nuevas restricciones: desde el cierre de restaurantes, mercados o lugares de culto, hasta la limitación de las reuniones públicas.

"En dos semanas, el número de nuevos caso en París se ha multiplicado por seis", alertó Nicolas Péju, director adjunto de la Agencia Regional de Salud de Île-de-France, el 17 de agosto. Con el objetivo de frenar esta tendencia, el uso de la mascarilla es ahora obligatorio en las zonas más concurridas de la capital. Desde el sábado 15 de agosto, las manifestaciones y reuniones de más de 10 personas que no puedan garantizar el respeto de los gestos barrera están prohibidas en toda la metrópoli.

Ante la reaceleración de la epidemia, las reglas sanitarias en el mundo laboral también serán reforzadas. A partir del 1 de septiembre, el uso de la mascarilla será obligatorio en las empresas -salvo en las oficinas individuales- y se recomendará favorecer el teletrabajo, según anunció la ministra de Trabajo, Elisabeth Borne, tras reunirse este martes con sus interlocutores sociales. El protocolo definitivo será anunciado por el Gobierno a finales de este mes de agosto. IRENE CASADO

Italia: Preocupación ante la apertura de escuelas y universidades

"La situación empeora progresivamente", advertía la semana pasada el comité técnico-científico italiano que asesora al Gobierno sobre la pandemia. El mensaje se hacía público el jueves tras el incremento de contagios: 523 en tan solo 24 horas, repitiendo cifras del pasado marzo. Esta semana, sin embargo, las cifras han dado un respiro a las autoridades: 320 nuevos casos y cuatro fallecidos el lunes y 403 y cinco muertos el martes, informaba el Ministerio de Sanidad. Desde que se detectó el primer caso de coronavirus autóctono en Italia, el 21 de febrero, se han registrado 254.235 casos positivos y 35.400 fallecidos.

"En menos de un mes tenemos que abrir las escuelas y las universidades. No podemos equivocarnos. Todo depende de nuestra conducta, y todos, empezando por los jóvenes, debemos prestar atención", anunció el ministro de Salud, Roberto Speranza, en una entrevista al diario 'La Repubblica'. Además del cierre de discotecas y locales de ocio nocturno, el Gobierno impuso el pasado domingo el uso de mascarilla, obligatorio en las plazas, parques o en las terrazas de los cafés desde las 18.00 horas y hasta las 6 de la mañana.

Los protagonistas principales de los nuevos contagios son italianos, mayoritariamente jóvenes, que regresan de unas vacaciones en el extranjero, además de los habituales de las discotecas y locales de ocio que no cumplen con la actual normativa que obliga a su cierre (excepto si son al aire libre), y también algunos centros de acogida de inmigrantes. Numerosos casos se han producido por la independencia de muchas autonomías, prevista por los decretos del Gobierno, que han autorizado actividades que conllevan un aumento de los contactos.

La pasada semana, Sanidad estableció nuevos controles sobre quienes regresan de Malta, Croacia, Grecia y España y ha prorrogado hasta el 7 de septiembre las medidas básicas, además de colocar a Colombia en la lista negra, por lo que desde allí, aunque sea con varias conexiones, está prohibido viajar a Italia.

Por cada nuevo contagio, las autoridades sanitarias realizan un rastreo de los contactos mantenidos por el afectado, con el objetivo de reconstruir la red de posibles nuevos positivos y realizar el primer análisis. En el ámbito local, aunque no en todos los lugares, funcionan equipos de tres personas (médico, virólogo y enfermero) que visitan la casa del declarado positivo y toman las medidas oportunas. Luego están los 'listos', como el conductor de algún autocar procedente de Bulgaria y Rumanía, cuyos viajeros -regularmente afincados en Italia- "desaparecen" antes de llegar al destino final. ROSSEND DOMÈNECH

Alemania: Temor por la irrupción progresiva de nuevos focos de contagio

En Alemania, la cifra oficial de nuevas infecciones por coronavirus también está siguiendo una curva ascendente. El Instituto Robert Koch (RKI) anunció el viernes 1.639 nuevos infectados en todo el país, la mayor cifra de nuevas infecciones desde el pasado 1 de mayo, lo que preocupa a las autoridades. Este martes, el número de nuevos casos en 24 horas bajó hasta los 1.390. Aunque el Gobierno federal considera de momento que Alemania está lejos de sufrir una segunda oleada, sí reconoce que los focos de contagio han ido creciendo en las últimas semanas.

Como informa el RKI, el valor de reproducción del virus vuelve a estar desde mediados de julio ligeramente por encima del 1%, porcentaje considerado peligroso por las autoridades. Ello podría llevar a introducir nuevas restricciones de la actividad económica y social. "El crecimiento se debe a un mayor número de pequeños rebrotes y también al aumento de casos en todo el país desde el levantamiento de las restricciones y debido a los crecientes casos entre los ciudadanos que regresan del extranjero", apunta el RKI.

De momento, ni el Gobierno federal ni los regionales se plantean endurecer las medidas restrictivas ya levantadas. Sin embargo, crecen las voces entre expertos y responsables políticos para evitar el levantamiento de restricciones que aún siguen vigentes. La celebración de partidos de la Bundesliga con público en los estadios cuando la competición se reinicie a finales del próximo septiembre es uno de los asuntos que se ha puesto encima de la mesa, y que sigue encontrando resistencias entre las autoridades. Igualmente, la celebración de conciertos y la reapertura de clubs de música también es motivo de discusión.

En Alemania han muerto oficialmente por covid-19 un total de 9.225 personas y la cifra de infectados supera los 221.000. El sistema sanitario alemán nunca ha estado cerca del colapso, y el Ministerio de Sanidad considera además que actualmente está mejor preparado para una posible segunda oleada de infecciones como la del pasado marzo. ANDREU JEREZ

Reino Unido: Johnson: "No podemos dejar que la enfermedad retorne desde el extranjero"

A pesar de haber sido el país de Europa con más fallecidos por coronavirus (más de 40.000, según cifras del Gobierno), el nivel de contagios en el Reino Unido se halla en estos momentos en 18,5 de casos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de los 100 en España o de los 32,1 de Francia, los dos destinos más visitados por los turistas británicos. Esa es la razón por la que el Ejecutivo de Boris Johnson ha impuesto la cuarentena de 14 días a quienes vuelvan de esos y otros países. "No podemos dejar que la enfermedad retorne desde el extranjero", ha declarado Johnson.

Pero al igual que ocurre en el resto de Europa, también en el Reino Unido los nuevos contagios van en aumento desde que terminó el confinamiento a principios de julio. Este martes se registraron 1.089 nuevos casos, frente a los 713 del lunes. Los brotes locales también están siendo frecuentes. El primero de ellos se produjo en la ciudad de Leicester y le han seguido más de una veintena en el norte de Inglaterra, incluido el Gran Manchester.

El último foco se dio a conocer el pasado jueves, en Northampton, donde dieron positivo casi 300 empleados de una factoría que prepara sándwiches para los supermercados de Marks and Spencer. En Aberdeen, el gran puerto petrolero en el Mar del Norte, en Escocia, han vuelto a cerrar bares, restaurantes y lugares de ocio. A sus 200.000 habitantes se les ha pedido que cancelen los viajes. El control de los focos y las medidas a adoptar están en manos de las autoridades locales. Aunque hay variaciones, en general siempre se impone la prohibición de reunirse o visitar a personas con las que no se está compartiendo la misma vivienda y evitar el contacto con otras personas en lugares cerrados. Las multas por vulnerar esas normas son de 100 libras.

La aplicación de rastreo móvil ha sido un gran fiasco del Gobierno británico. La sanidad pública (NHS) lanzó su propio sistema, que empezó a ponerse a prueba en la isla de Wight a mediados de mayo. El lanzamiento a bombo y platillo acabó en un rotundo fracaso. Una pérdida de tiempo y dinero. La semana pasada, tres meses más tarde, comenzó a operar el sistema de rastreo de Apple y Google. BEGOÑA ARCE