Sicilia ha ordenado la salida de todos los inmigrates ilegales alojados en los centros de recepción de la región en las próximas 24 horas y sus traslado a otras partes de Italia, y ha prohibido nuevos desembarcos en la isla, pero el Ministerio del Interior italiano ha dicho que esta cuestión no es competencia de las regiones.

El gobernador de esta región del sur de Italia, Nello Musumeci, firmó una ordenanza que impone la prohibición de "entrada, tránsito y estacionamiento" para "todo migrante que llegue a las costas sicilianas con barcos grandes o pequeños, incluidos los de las ONG".

También ordena que para la medianoche del lunes 24, "todos los migrantes presentes en los puntos de acogida y en todos los centros de recepción de Sicilia deberán ser trasladados sin demora a estructuras fuera de la isla".

La orden fue firmada anoche por Musumeci, que señaló hoy que este domingo "se notificará a todas las prefecturas de la isla y al Gobierno nacional".

Fuentes del Ministerio del Interior italiano dijeron que el tema de la inmigración no es competencia de las regiones y que ninguna ordenanza puede decidir sobre esta materia.

Pero el Ministerio trató de calmar la situación señalando que la situación en Sicilia, que soporta una gran presión por los desembarcos masivos de migrantes, es un tema candente para el Gobierno, que trata de buscar soluciones para aligerar esa presión.

"Sicilia no puede ser invadida mientras Europa mira hacia el otro lado", escribió en Facebook Musumeci, que argumenta la necesidad de esta disposición elagando que actualmente no es posible garantizar una estancia en la isla cumpliendo con las medidas sanitarias para prevenir el contagio por coronavirus.

"La Región de Sicilia...pone a disposición de las autoridades nacionales el personal necesario para los controles sanitarios que permitan el traslado de los migrantes con seguridad", agrega la ordenanza.

La disposición de 33 páginas firmada por Musumeci señala que busca "proteger y garantizar la salud y la seguridad" en la isla.

Alega que "el constate desembarco de población migrante, mediante embarcaciones no autorizadas, incide de modo significativo y alarmante en el riesgo concreto de difusión del contagio, con evidente perjuicio para el orden y la seguridad públicos y, por ende, la tutela de la salud".

Y se refiere a la ausencia de "estructuras idóneas para garantizar, sobre todo en los puertos donde llegan estas embarcaciones, la ausencia de promiscuidad entre las personas contagiadas y las sanas y la falta de medios para evitar la huida de contagiados".

Y en los puntos de acogida dice no contar con medios estructurales ni personal para poder mantener a estas personas en medio de la crisis del Covid.

La ordenanza es válida hasta el 10 de septiembre y prevé sanciones por su incumplimiento de acuerdo a la legislación vigente.

Roberto Ammatuna, alcalde de Pozzallo, una de la ciudades sicilianas donde se encuentra uno de los mayores centros de recepción, ha expresado sus dudas sobre cómo podrá llevarse a cabo la evacuación de todos los migrantes en tan poco tiempo, y sin un acuerdo con las autoridades centrales italianas.

Musumeci llegó a la presidencia de Sicilia en las elecciones regionales de 2017 apoyado por la coalición de centroderecha.

El líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, ha felicitado a Musumeci señalando que "como hombre libre" ha dicho "desde mañana no quiero un solo inmigrante clandestino en Sicilia".