Al menos tres personas, entre ellos un menor de edad, murieron este miércoles en Perú en el marco de las nuevas protestas de trabajadores del sector agroindustrial, descontentos con el nuevo régimen laboral agrario aprobado en la víspera por el Congreso, lo que aumenta a cuatro las víctimas mortales de este conflicto.

El menor fallecido tenía 16 años y murió presuntamente por un proyectil de arma de fuego en circunstancias que todavía se desconocen, durante los nuevos bloqueos en la Carretera Panamericana a la altura de Virú, en la norteña región de Lambayeque, según informó desde el hospital el congresista Lenin Bazán.

Una segunda víctima mortal fue reportada posteriormente por la Defensoría del Pueblo e identificada por medios locales como Reynaldo Reyes Ulloa, de 27 años, quien aparentemente resultó herido durante la protesta y murió cuando era trasladado a un centro de salud.

Un tercer hombre habría fallecido por las consecuencias derivadas de los bloqueos en las carreteras, según ha confirmado el jefe de la Oficina Defensorial de La Libertad, José Agüero Lovatón, ya que se trataba de "un paciente oncológico" que no pudo recibir la atención sanitaria que necesitaba tras quedar atrapado en la carretera.

El legislador del Frente Amplio de izquierdas, uno de los parlamentarios más próximos a las demandas laborales de los trabajadores, aseguró que las muertes se deben a la "represión" de la Policía Nacional para desbloquear la Carretera Panamericana, principal eje de transporte de Perú.

"¡Basta! Ministro del Interior, le invoco nuevamente a tomar acciones para que se retire la Policía y acabe la violenta represión. ¡Queremos paz!", escribió Bazán en redes sociales.

Por su parte, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos se preguntó "hasta cuándo se van a seguir produciendo muertes en protestas ciudadanas por la intervención de la Policía, y recordó que, desde 2003, han muerto más de 160 personas en protestas sociales en Perú.

Reclamo salarial

Estas últimas muertes se suman a las dos ya producidas desde el inicio de esta crisis, cuando los bloqueos comenzaron para demandar mejores condiciones laborales.

Esos bloqueos no cesaron hasta que el Congreso derogó el anterior régimen laboral agrario, considerado "de explotación" por parte de los trabajadores, y se repitieron la semana pasada cuando el parlamento dilataba la aprobación de la nueva ley agraria.

El nuevo régimen laboral agrario no fue aprobado hasta este martes, cuando en su último día de sesiones antes de entrar en receso hasta marzo, el Congreso aprobó dar un bono a los trabajadores agrarios equivalente al 30% del sueldo mínimo, que en Perú está fijado en 930 soles (unos 257 dólares).

Esto supone que los trabajadores agrarios pasarán a ganar de 38,75 a 50 soles (de 10,71 a 13,81 dólares) al día, pero los trabajadores de la zona norte de Perú están disconformes con que ese aumento no sea parte del sueldo fijo y, por lo tanto, no compute para el resto de beneficios laborales como la gratificación (paga extra).

Por eso los jornaleros retomaron la protesta este miércoles y se repitieron los enfrentamientos de semanas anteriores con la Policía, donde los agentes antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos y los manifestantes respondieron con piedras y otros objetos contundentes.

Empresarios también disconformes

La situación es totalmente diferente en la región sureña de Ica, donde hace un mes comenzó la protesta de los agricultores contra la anterior ley agraria y este miércoles se mantenía sin alteraciones del orden público.

Sin embargo, las patronales del sector agroindustrial también han manifestado su rechazo a la nueva ley, aunque por considerar que las remuneraciones deben ser producto de una negociación colectiva y no fijadas por el Congreso.

El sector agroindustrial de Perú multiplicó sus ingresos en los últimos años de unos cientos de millones a cerca de 6.000 millones de dólares anuales gracias a productos de gran demanda internacional como arándanos, espárragos o alcachofas.

No obstante, los trabajadores de las grandes empresas dedicadas a la exportación de estos productos sienten que sus condiciones laborales y sueldos no han mejorado al mismo nivel durante ese periodo.

Además de los tres fallecidos confirmados hasta ahora, las protestas también dejan decenas de detenidos y de heridos por disparos realizados presuntamente por la Policía.